'Algún día volveré a buscarte' es el último libro de Javier Arias. El español que creció en Argentina, pero que en la actualidad vive en España, encantó a los lectores con una historia repleta de temas sensibles, donde conjuga el abandono, la muerte y la perseverancia. El autor que lanzó su libro bajo el sello Umbriel de Urano, charló con Diario 13 sobre su libro. Entre sus puntos destacó que en octubre llegará a la Argentina para tener un encuentro con los lectores. 

Se trata de su onceava novela y en su desarrollo reflexiona sobre el poder del abandono en la infancia y de cómo esa ausencia se hace presente el resto de tu vida, una historia que nos muestra como una milésima de segundo nos puede trastocar. Este libro sienta su base en 1982, cuando con apenas tres años, Samir fue abandonado por su madre en la playa de El Saler. Ella le vendó los ojos y le dijo: 'no te muevas, vengo enseguida'. Pero nunca lo hizo. Nadie supo por qué no regresó y aquel niño acabó en un centro de menores sin más identidad que su nombre y un puñado de recuerdos.  Pero en medio de ello muestra una intensa trama policial que trae recuerdos que pensó haber dejado en el olvido. 

Javier Arias: 'Un escritor para potenciar las tramas debe construir historias interesantes'

¿Samir tiene aspectos de Javier?

Sí, desde luego. O al menos del Javier tal como yo me veo. Samir tiene mi sensibilidad y recupera la esencia del que se siente diferente. Yo soy español, siempre lo fui, pero crecí en Argentina. Mis padres volvieron a España empujados por la profunda crisis económica que vivió el país en 1989. Al llegar a España, yo me sentía extranjero y no fue fácil la adaptación a mi nueva realidad con 16 años. Con Samir quise recuperar todas aquellas sensaciones: el rechazo social, la perseverancia por salir adelante y todos los recuerdos que tenía de aquella época de la década de los 90. Sin embargo, Samir no soy yo. Un escritor para potenciar las tramas debe construir historias interesantes y potentes. Las vivencias personales ayudan a la inspiración y a que el relato sea más auténtico, pero no por ello deja de ser menos ficción.

Tu libro aborda temas muy sensibles como el abandono, la xenofobia y la identidad, ¿Por qué decidiste profundizarlos? 

Parte de esa pregunta te la acabo de responder, pero hubo otros motores fundamentales para abordarlos. España es un país que, inversamente a lo sucedido con Argentina en siglos pasados, se ha convertido en receptoras de diferentes culturas y etnias. Esencialmente, como toda Europa. Lo cierto es que no siempre son bien recibidos y, mucho menos, aceptados. Quería aprovechar el atalaya de la literatura para esta denuncia social. Con respecto al tema del abandono, fue circunstancial. Más bien un potenciador de la historia. Sin embargo, el tema de la identidad es una constante en mi obra: la búsqueda de cada uno por comprender quiénes somos y por qué suceden las cosas que nos suceden. En el fondo, no dejo de ser un humanista cristiano que está convencido de que estamos en esta vida por algún motivo y que solo mirando hacia atrás podremos comprender muchos porqués.

Javier Arias: 'Un escritor para potenciar las tramas debe construir historias interesantes'

¿Debiste investigar mucho para adentrarte en el mundo de los centros de menores y como los menores viven el abandono?

El mundo de los centros de menores es muy complejo. De hecho, tuve que inventarme uno. Intenté evitar problemas. Todo lo que sucede en ellos es materia muy sensible, al menos en España. Los propios centros son muy reacios a hablar de lo que sucede allí. Los centros de menores muchas veces han sido escenarios de abusos y violencia, pero también de actos altruistas y de caridad. En fin, intenté centrarme en dos modelos de personas: aquellas que son resilientes y saben salir adelante a pesar de las adversidades de la vida y aquellas que no son capaces de ver las oportunidades que tenemos para cambiar y ser mejores. Creo que, después de leer mucho al respecto, conseguí empatizar muy bien con lo que puede sentir alguien que vive sin el afecto familiar.


 Los inicios de capítulos tienen acotaciones temporales, ¿por qué? 

Una de las cosas que más gustan de este libro son los constantes saltos del presente al pasado. Es un rompecabezas que el lector va encajando lentamente. Para ello era necesaria la claridad y no dejar dudas en las fechas y los momentos. Es un recurso fundamental para conseguir que el lector, en todo momento, esté moviéndose en diferentes épocas, pero sin confusión. Las novelas de trama, y de trama compleja, como esta, requieren de suma precisión y claridad.


¿Qué hay detrás del título?

Nada en especial. Me pareció muy potente y que respondía a la esencia del libro. Su madre lo abandona y Samir crece aferrado a una esperanza que lo sostiene en pie, como a muchos huérfanos: algún día mi madre recapacitará y volverá a buscarme. Creo que es lo que da sentido a esta novela. Él jamás se dio por vencido. Siempre creyó que su madre tendría que volver, incluso más allá de cualquier razón. La figura de la madre adquiere una personalidad muy importante porque cuando escribí esta novela acababa de morir la mía. Este libro tiene que ver con mis padres, con ambos, y con todo lo que me enseñaron en medio de dificultades importantes.


 ¿Qué le dirías a los lectores que aún no se animan a leer 'Algún día volveré a buscarte?

Hay tantas novelas para leer que cada lector es un regalo para los escritores. Yo les diría que lean las críticas y las reseñas. Gracias a Dios se ha escrito mucho y muy bien sobre ella. Son tantas y tan buenas que creo que será más productivo para el libro dejar que los lectores hablen de mí. Sí puedo decir que yo intento aportar tramas audaces, pero sin descuidar lo literario y la emoción.