Pinturaesculturaarquitectura… ¿usted respira arte por los cuatro costados? Si su respuesta es que sí, sepa que usted es más propenso a ayudar a otras personas, según un estudio realizado por los investigadores de las Universidades de Kent Lincoln (Gran Bretaña). Y los expertos apuntan que este fenómeno no tiene nada que ver con los ingresos económicos o la clase social.

‘El grito’, de Edvard Munch (Wikipedia)

Un grupo de psicólogos analizaron el comportamiento de más de 30,000 individuos para examinar qué factores predecirían mejor la llamada “conducta prosocial”, es decir, tener comportamientos que no dañan, que no son agresivos. Durante dos años de estudio descubrieron que las personas que participaban más vivamente en actividades culturales estaban más predispuestos a ofrecerse como voluntarios y a donar dinero para obras benéficas.

Los expertos apuntan que este fenómeno no tiene nada que ver con los ingresos económicos o la clase social

El equipo evaluó la relación entre asistir a eventos artísticos o participar de forma activa en el arte y dar caridad o participar en algún tipo de voluntariado. Descubrieron que incluso después de tener en cuenta las variables demográficas -género, recursos individuales, ingresos personal… incluso el compromiso deportivo-, quienes participaban en las artes tenían aún más probabilidades de exhibir un comportamiento prosocial.

”Es notable que, independientemente de la personalidad, edad, educación, empleo y ahorros de las personas, su compromiso con las artes sigue siendo un mejor elemento para predecir su prosocialidad que cualquier otra variable”, explica Dominic Abrams, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Kent.

‘El jardín de las delicias’, obra de El Bosco (Museo del Prado)

Solo la edad y el ahorro mensual tuvieron mayores efectos en las donaciones caritativas que la participación de las artes. Y solo el nivel educativo y las horas de trabajo tuvieron un mayor impacto en el voluntariado. Los expertos sugieren que la inversión en las artes debe comportar ganancias sociales y económicas sustanciales, sobretodo si las políticas gubernamentales hacen que las artes estén disponibles para personas de todos los orígenes sociales.

”Nos sorprendió la solidez estadística de estos hallazgos, y nos impresionaron las poderosas implicaciones del papel de las artes en la creación y mantenimiento de la prosocialidad en toda la sociedad”, apunta Julie Van de Vyver, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Lincoln.

El David de Miguel Ángel (Flickr)

”Si la cultura puede ser un catalizador psicológico social tan poderoso para fomentar y mantener la prosocialidad, se demuestra que las artes hacen una contribución crucial hacia una sociedad cohesiva y socialmente próspera. Es particularmente interesante que las personas que se comprometieron más con las artes hace dos años continúen demostrando una mayor prosocialidad ahora“, añade.

Dominic Abrams considera que dada “la complejidad de la sociedad, no se puede confiar únicamente en las interacciones individuales para la cooperación. Pero hay otros factores que pueden crear estos beneficios. Cualquier persona puede dedicarse a las artes, ya sea creando o disfrutando las creaciones de los demás. El compromiso con la cultura es una forma en que las experiencias y el significado se comparten”.

‘Noche estrellada sobre el Ródano’, de Vincent Van Gogh (Hemeroteca)

Fuente: La Vanguardia