Hoy Marruecos – Primera Parte
En árabe es “El País de Occidente” y en Bereber “La Tierra de Dios”. El tema es que el Reino de Marruecos hoy es un país soberano, independizado de Francia y España en 1956 y separado de Europa por el Estrecho de Gibraltar, con vecinos como Argelia, la República Árabe Saharaui Democrática, Ceuta, Melilla y Plazas de Soberanías.
Marruecos es un país con gran diversidad étnica y una rica herencia histórica y cultural, que a través de años dejaron los fenicios, cartagineses, romanos, barbaros, moros, judíos y árabes. Todas dejaron su huella. Incluso se sabe que el actual territorio de Marruecos está poblado desde el año 8.000 a. C, siendo el lugar más antiguo en donde se halló un cráneo de Homo Sapiens, según la Revista Nature de junio del 2017.
A medida que Europa se industrializaba, el norte de África se volvió un objetivo muy atractivo para potencias colonizadoras por su riqueza y lugar estratégico. Francia mostró interés en Marruecos en 1830 y España ya tenía asentamientos desde hacía tiempo, tanto en Ceuta como Melilla. Pero en 1860 y debido a una disputa sobre ésta, España le declara la guerra a Marruecos, le gana e impone nuevas condiciones.
En 1906 y tras la Conferencia de Algeciras, se entre Francia e Inglaterra, el reparto de Marruecos, en donde a España sólo le queda aceptar los designios de esas potencias, ya que su presencia aquí mejoraba su imagen y permitía reflotar un sentimiento patriótico tras las pérdidas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas unos años antes. El objetivo de esta conferencia fue solucionar una crisis que enfrentaba a Francia con Alemania, ya que éstos también querian un protectorado en Marruecos, justificando ese pedido en un crecimiento de deuda que tenía el sultán marroquí con los bancos alemanes. En 1912 y por el Tratado de Fez, se le otorga el norte montañoso a España, mientras Francia se queda con el resto del país. Con este tratado, Alemania reconoce la influencia de España y Francia y recibe a cambio territorios en el Congo.
A España le conceden la explotación de minas de hierro en el monte Uixan y construyen un ferrocarril que conectaba las minas de hierro con la ciudad de Melilla. Con estos cambios, se logra la sublevación de las tribus del norte montañoso, llamado Rif, quienes se unen bajo el mando de un hombre que sería una verdadera pesadilla para el ejército español: Mohammed Abd El Krim. Los rifeños derrotarán a mal pertrechados españoles y gracias a su guerra de guerrillas, Abd El Krim, sería reivindicado por el Che Guevara y Ho Chi Minh.
Con ésta resistencia a la ocupación, España envía más tropas para lograr la pacificación de la zona, bajo el mando del general Manuel Fernández Silvestre, quien se interna en la zona del Rif subestimando a los rebeldes. La realidad fue distinta. Las tribus rifeñas no sólo pasaron al ataque y destrozaron a los españoles, sino que terminaron asediando a la ciudad de Melilla. En esta batalla, llamada el Desastre de Annual, se calcula que murieron entre 13.000 y 15.000 soldados españoles. Luego de esta batalla, los rifeños proclamaron la República del Rif en el norte marroquí.
Golpeado en su orgullo, España enviará 100.000 soldados que se unirán a 300.000 franceses, al mando de Primo de Rivera. Las tropas desembarcan en Alhucemas para tratar de lograr la pacificación definitiva del territorio del Rif. Entre los jefes participantes se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión Africanista, sería ascendido a general de brigada.
Después de la humillante derrota en Annual, el rey de España, Alfonso XIII, deseaba venganza y proclama: “Dejémonos de vanas consideraciones humanitarias porque con la ayuda del más dañino de los gases salvaremos muchas vidas. Lo importante es exterminarlos como enemigos, como se hace con las malas bestias”. Pronunciado esto, ordena el bombardeo aéreo sobre el Rif con Iperita y Gas Mostaza, convirtiéndose de ésta forma en la primera potencia en rociar con armas químicas a una población civil, violando así el Tratado de Versalles, que prohibía el uso de gases tóxicos o similares durante la guerra. Alfonso XIII, aludía que no era lo mismo utilizar armas químicas sobre pueblos civilizados que sobre pueblos incivilizados como lo era el Rif.
Esta fue una de las épocas más negras de la historia española. Un hecho sin precedentes que quedó en el olvido con el paso de los años y aún hoy agrupaciones rifeñas le exigen a España reconocer la autoría de estos ataques y la reparación del daño causado por los elevados casos de cáncer que siguen azotando la zona del Rif en comparación con el resto de Marruecos.
Esta guerra tuvo tal crueldad que supuso sería la antesala de las guerras del futuro, basadas en la destrucción total del enemigo, sin importar su rendición.
Francia, no se quedó atrás. Ya era dueña de Argelia y poco después lo sería de Túnez y deseaba consolidar su dominio sobre el norte de África. A Marruecos llegaron colonos franceses que se apropiaron de las mejores tierras y obligaron a los campesinos a vender sus tierras a precio vil, mientras se construían carreteras, puertos, ferrocarriles y se explotaban las minas de hierro, cobre, plomo y zinc, causando la ruina de la artesanía local, sin preocuparse en invertir en vivienda y educación. Sin embargo los soldados marroquíes tuvieron que servir al ejército francés durante las dos Guerras Mundiales.
Marruecos logra la Independencia de Francia y España en 1956 y recupera los territorios administrados. Pero en 1959, se produce otro levantamiento en el Rif, donde los pueblos bereberes no reconocían al Rey de Marruecos y buscan su independencia. Entonces el poder central, envía 30.000 soldados al Rif, al mando del príncipe Muley Hassan, desembarcan en Alhucemas y Tánger, ocupan las ciudades de Chauen y Tetuán y atacan a las poblaciones civiles, mediante bombardeo aéreo con Napalm, Fósforo Blanco y Bombas de Fragmentación, dejando un saldo de miles de rifeños muertos.
Hasta acá parte de la historia reciente de Marruecos. Sigamos con nuestro viaje.
Un día tomamos un avión y desde España cruzamos el Mediterráneo para aterrizar en la ciudad de Fez y desde ahí recorrer unos 1.500 km en coche para visitar las ciudades de Chefchaouen, Tánger, Rabat, Casablanca, Volubilis, Esauira y finalizar en Marrakech desde donde volvíamos a España. Te cuento como nos fue.
Llegada a Fez
Ya al subir al avión de Ryanair te das cuenta que entras en otro mundo cuando la azafata te saluda con un “bonsoir”. Ahí te miras y te preguntan: tu parles français? La respuesta es NO. Nos dimos cuenta que tendríamos algunos problemas con el idioma pero hemos pasado por situaciones mas complicadas así que a disfrutar.
Al llegar a Fez y después de completar los papeles aduaneros, cambiar moneda local y buscar el coche rentado, nos largamos a conducir hasta nuestro hotel que estaba en el otro extremo de la ciudad.
- El GPS está listo? Si
- Levanta el mapa de Marruecos? No
- El celu levanta el Waze?
- Mmmm no sé si tenemos wifi y ya se está haciendo de noche.
- Listo, ahí enganchó wifi, no toques el celu que si se cae la conexión estamos en problemas. Vamos al hotel que dice que está a unos 20 km.
- Acá manejan como quieren y no les dan bola a nada.
- Donde mierda estamos?
- Qué se yo, tengo unos nervios….
- Ok tranqui que vamos bien, creo…
- Según el Waze, vamos bien, acá a la derecha, en la rotonda la segunda derecho.
- Que quilombo el tráfico!!. La gente se cruza por cualquier lado. No hay semáforos acá? - Nadie respeta nada. Cuidado que ese se te cruza adelante.
- Que quiere el de la moto???
- No sé. Me pide que lo siga. Ni loco lo sigo.
- Supuestamente es por acá, no?
- Ya estuvimos por acá, dá vueltas porque el Waze dice que el hotel está por acá.
- Supongo que estará detrás de las murallas, pero el mapa no lo muestra!!
- Me meto por ese portal y vemos.
Al atravesar el portal, un chico se nos acerca y nos pregunta que hacemos ahí. Le damos el nombre de hotel, nos hace señas para que lo sigamos y nos dice que dejemos el coche en una guardería cercana. Bajamos el equipaje y el cuidador del lugar nos pide 100 dírham (10 euros) por dos noches. Lo miramos si entender demasiado, pero le pagamos.
Vamos hacia el hotel con el chico que nos recibió en el portal, cargando nuestro equipaje por una calle empinada y empedrada, hasta llegar a una pequeña puerta con un cartel diminuto que dice: Hotel. Llegamos
Una propina para el joven y al entrar al hotel nos recibe Abdul, quien en inglés nos dice que esperemos un momento porque nuestra habitación no estaba lista aún, mientras nos sirve un té de mentas y unas galletas. Diez minutos después, se nos acerca y nos vuelve a decir que debemos esperar un poco más para la entrega de la habitación. Pero media hora después nos dice “tenemos un problema con la habitación, el baño no funciona y no podemos arreglarlo”.
- Ok Abdul, danos otra habitación…
- Ehhh, no tenemos más habitaciones!!!
- Aja, y que solución nos dás???
- Voy a hablar con el manager porque yo solo trabajo acá.
- Abdul, trabajas acá, pero sos la cara visible del hotel y deberías darnos una solución!!
- Si un momento, el manager está en camino...
- Entiendo, pero llevamos una hora y todavía no hay soluciónl!!
- El manager me dice que puede ofrecerles a otra habitación en su otro hotel que no está lejos. El viene en camino y los llevará.
- Hay otra habitación en otro hotel de él? Nos vamos ahora, no vamos a esperar a tu jefe!!
Salimos del hotel con Abdul, quien cargaba el equipaje hasta nuestro coche y debía recuperar lo pagado en la guarderia del coche porque no nos quedábamos ahí. Así que Abdul, recupera los 100 dirham, lo obligo a subir al coche para ir hasta el otro hotel y le pido que le diga al marroquí de la guardería que deje de gritarnos indicaciones porque no le entendemos un carajo y Abdul nos dice:
- “Mi jefe, es ese que está ahí, le pide que baje para conversar con él!!
- Abdul, no vamos a hablar ahora con tu jefe. Esperamos mucho tiempo por la habitación y no hubo una solución, así que subí al coche y nos vamos al otro hotel!!!
Salimos de la ciudad amurallada. Y fuimos hacia el otro hotel, en donde ya nos esperaba el jefe, Mohammed que quería hablar con nosotros. Era tarde, teníamos hambre y estábamos molestos por la situación, asi que tuvimos una pequeña discusión.
El pidió disculpas por inconvenientes ocasionados, por las demoras y las molestias y al final, mas calmados, llegamos a un acuerdo: Una noche gratis, la mejor habitación en el nuevo hotel, una cena de bienvenida en un restaurant tradicional marroquí y un guía en español para llevarnos a recorrer la Medinah de Fez. Todo por cuenta de él con tal de tener una buena calificación en el sitio de reservas de hoteles en la web.
Ahí hicimos amistad con Mohammed y la jugada nos salió bien.
Fez es una de las cuatro ciudades imperiales junto a Marrakech, Mequinez y Rabat y es considerada centro religioso y cultural del país, ya que la Universidad de Qarawiyyin es la primera y la mas antigua de mundo y la convierte en punto de paso de un gran número de estudiantes.
La ciudad se divide en tres zonas, Fès el-Bali, la zona antigua, dentro de las murallas, Fès el-Jdid, la zona nueva, donde se encuentra el barrio judío, y la Ville Nouvelle, la zona más amplia creada durante la colonia francesa, en el sur de la ciudad.
A la mañana siguiente, el desayuno nos esperaba y llegó el guía que nos mostraría la parte más antigua de la ciudad. Su Medinah del siglo IX, es una de las mejor conservadas del mundo árabe, con laberínticos callejones por donde no circulan coches y está repleto de vendedores envueltos en largas túnicas que atienden sus pequeños negocios en donde todos trabajan y cargan cosas. Este lugar, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1981, es un monumento vivo en donde podes empaparte de la autenticidad de Marruecos y la mezcla de culturas que allí se ha dado a lo largo de 1.200 años.
Visitar Fez es viajar en el tiempo y encontrar en sus calles la vorágine de la gente que se mezcla con la fragancia de sus especias y lo pintoresco de sus costumbres y tradiciones. Perderse en sus zocos (mercados), es regatear y comprar artículos de buena calidad, en donde podrás encontrar cosméticos naturales, como el Henna para teñir el pelo, el Khol para pintarse los ojos y prevenir infecciones o el Argán que es muy valorado en la industria cosmética. Éste es el lugar. Pero no te podes perder el callejón de los artesanos, de los carpinteros, los trabajadores del cobre, los carniceros y los que venden pescado y gallinas vivas, los de telas e hilados, los cerámicos, los vendedores de frutas secas y las Madrasa, como la de Bou Inania que es un centro coránico en donde se educaban a los niños y aún está en uso y debido a sus remodelaciones, es la mejor conservada de Fez. La entrada a no musulmanes está permitida hasta el patio central, donde una fuente decorada con azulejos turquesa ocupa el centro y en su laterales se encuentran una Mezquita, dos salas de oración y en la planta superior donde vivían los estudiantes.
Otro lugar es el Mausoleo de Mulay Idriss II construido en el siglo XIV, después de encontrarse aquí un cuerpo que se atribuyó a Mulay Idriss, fundador de Fez y rey de Marruecos, entre el 807 y 828, conservado en perfecto estado 500 años después de su muerte. Desde entonces, este lugar es sagrado es un centro de peregrinación, donde las mujeres piden fecundidad y los devotos hacen promesas. En su exterior, un enorme minarete recubierto de azulejos que brillan con la luz del sol y la convierte en única.
Lo que más nos llamó la atención, fue la gran curtiembre Dar Dbagh al-Chauara, donde se dice que trabajan unas 850 personas: desde los curtidores, que hunden los cueros en grandes piletones por 20 dias con cal y mierda de paloma (usada por el ácido que despide y para darle suavidad al cuero), pasando por los lavadores que frotarán los restos de pelo y carne que quedaron pegados y luego los enjuagarán, hasta los teñidores que agregaran sustancias para darle color, por último, las pieles se secarán al sol por unos días para luego comenzar a trabajarlas, hasta llegar a los artesanos quienes crearan distintas piezas de cuero de vaca, cordero, cabra o dromedario.
Ya al llegar al sitio, te ofrecen unas hojas de menta o hierba buena, para la nariz, ya que el olor ahí es nauseabundo y mucha gente se descompone y desde las alturas ves a los hombres trabajando en esos piletones pisando, frotando y enjuagando las pieles en distintos estados de curación. La actividad es permanente y el fuerte olor aumenta con las altas temperaturas. El trabajo en la curtiembre es duro y parece que no sufrió cambios desde la Edad Media. Incluso se dice que muchos trabajadores apenas llegan a los 60 años debido a la tóxicidad, las bacterias y los desechos, pero el oficio se transmite de generación en generación.
El dueño del lugar nos habla en español, nos convida con té de mentas, nos hacer un recorrido por las instalaciones, desde los piletones de lavado y los secaderos de pieles, hasta terminar en sus gandes salones de ventas con productos ya terminados: zapatos, botas, carteras, bolsos, chaquetas, tapices y todo lo que se te ocurra, de una excelente calidad. Pero como ya sabes tenes que regatear y eso lleva tiempo y paciencia. El dueño intenta vendernos algo pero no tiene suerte. Como refencia te cuento que una chaqueta de cuero de camello, que son las mas caras, pero muy livianas, sedosas y resistentes, costaba unos 200 euros.
-De donde sois vosotros? Nos preguntó el hombre en toco muy castizo.
-De Argentina!!! Le respondemos, esperando que nos diga: “ahhh, si, Messi, Maradona, el Papa Francisco”, pero el tipo nos sorprende y nos dice: Santos Biasatti. El es mi amigo y su mujer también. Ellos vinieron varias veces y compraron varias chaquetas para llevar a Argentina. Creo que la última vez que vinieron, me compraron unas 13 chaquetas. Muy buen cliente!!!
Nada más que decir….
De Fez a Chefchaouen
Finalizada nuestra visita a Fez salimos hacia Chefchaouen o Chaouen, que es como se llamaba cuando lo fundaron los bereberes en el siglo XV, ubicada a 200 km al norte del pais. Pero antes pasamos por la antigua ciudad romana de Volubilis a unos 80 km de Fez.
Este sitio arqueológico de Volubilis es posiblemente el yacimiento romano mejor preservado del norte de África y fue incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de UNESCO en 1997.
Se cree que la ciudad fue fundada por los cartagineses en el siglo III a. C y tras la caida de Cartago en el 146 a.C., el Reino de Mauritania pasa a convertirse en estado cliente de Roma. El entonces emperador Augusto pone en el trono de Mauritania a Juba II, rey de Numidia, quien decide mudar su capital a Volubilis. En el año 40 a.C, la ciudad sería anexada al Imperio Romano durante la época del emperador Calígula.
Con el tiempo, Volubilis se convirtió en la principal ciudad del interior de la provincia, un importante centro administrativo y residencia de los procuradores y como consecuencia de su prosperidad, la ciudad fue dotada de bellas construcciones, como una basílica, un foro, un arco de triunfo y el templo de Jupiter construido para agradecer al emperador el haber extendido la ciudadanía romana a todos habitantes libres del antiguo imperio. Con el tiempo, se descubrieron baños, prensas de aceite, tiendas, bustos de bronce y mosaicos que decoraban los pisos de las residencias de los ciudadanos más ricos. Durante el reinado de Marco Aurelio, la ciudad fue rodeada por una muralla, pero con el tiempo, sería abandonada por los romanos, hasta la llegada de los árabes, quienes instalan una guarnicion militar, pero al fundarse Fez en el 808 d.C, Volubilis perdería importancia, hasta caer definitivamente en el siglo XVIII, cuando el sultán Muley Ismail desmantela los edificios emblemáticos de la ciudad para aprovechar sus materiales en la construcción de palacios en su nueva capital: Mequinez. El golpe de gracia para el abandono definitivo a la ciudad casi despoblada, se lo daría el terremoto de 1755.
Pero sigamos nuestro camino hasta Chefchaouen, esta vez sin GPS, porque en ésta zona de montaña se pierde toda señal.
Atravesando pequeños pueblos, ríos y sinuosas rutas poceadas y camiones, esperando ver algún cartel que nos indique que vamos bien (algo que no se ven tan seguido) y solo siguiendo indicaciones de personas que encontramos en la ruta y nos indican el camino.
Al llegar, nos perdemos en la riqueza de su historia. El pueblo recibió a moros y judíos cuando fueron expulsados de España y crearon en ésta zona montañosa una ciudad amurallada encantadora. En la actualidad este lugar es muy visitado por personas de todo el mundo, formando un crisol de razas, aunque el marroquí la visita desde hace poco tiempo. Chefchaouen significa Pueblo Azul, ya que es el color característico de la ciudad. Las personas pintan las paredes y los suelos de las casas varias veces al año e incluso pintan las calles y escalinatas y éste trabajo casi obsesivo, tiene como objetivo purificar, higienizar, aportar frescor, ahuyentar a los insectos y atraer a los turistas.
Chaouen ha sido la inspiración de muchos pintores como Delacroix, Fortuny y Matisse y sin dudas, es una de las ciudades más fotogénicas de Marruecos.
Cuando los españoles llegaron, la ciudad tenía una importante población judía sefardí que hablaba judeoespañol. Chaouen fue una de las principales bases del ejército español y acá se arrió la última bandera española en 1956 cuando el pais se independizó. Como en otras ciudades que pertenecieron al Protectorado Español, gran parte de sus habitantes sabe hablar español además de francés. La ciudad estuvo bajo control de la República del Rif y ahí estuvo a punto de producirse otro desastre de las tropas españolas a la hora de retirarse, debido a la gran ofensiva del ejército rifeño.
En ésta ciudad se prohibía el ingreso a extranjeros y por eso no sólo aún mantiene su fisonomía medieval, sino que tiene una fuerte tradición espiritual con oratorios, mezquitas y mausoleos.
La parte más antigua de la ciudad crece hacia lo alto de la montaña y ahí se encuentra Ras al-Maa, uno de los lugares más bonitos de la ciudad, donde un arroyo cae de la montaña y en sus orillas se agrupan las mujeres para lavar sus ropas.
En el centro de la ciudad está la plaza de Uta al-Hammam donde se ubican varios bares y el lugar ideal para disfrutar de un té de mentas, mientras observas la belleza de la Kasbah, que en su interior esconde un agradable jardín andaluz y de la Gran Mezquita del siglo XV, cuyo llamado a la oración se replica en toda la ciudad, mientras las personas van y vienen sin cesar.
El marroquí es agradable y atento y siempre está dispuesto a ayudarte, pero también te pedirá un dírham por la información o la ayuda que te dió. Nada es gratis en Marruecos. De todas formas no te acosan para que entres a su negocio o compres sus productos y te saludarán en todos los idiomas: desde el “Salam Aleikum” árabe al “Ni hao” chino.
Así que, nuestra idea fue caminar y perdernos en sus angostos angostos sin importar demasiado el rumbo. Solamente esperando descubrir algo mas que nos sorprenda a la vuelta de cada esquina, manteniendo el misterio de lo que vendrá. Solo salir a caminar por calles empedradas, escalonadas y estrechas, llenas de comercios de artesanías.
Una imagen característica de Chauen son esas personas que usan chilabas de lana con capucha, que son largas túnicas que llegan hasta los pies y ya viste en peliculas como La Guerra de las Galaxias, entonces crees que es Obi Wan Kenobi caminando por ahí.
En la plaza de Uta al-Hammam , nos detenemos un momento, para tomar algo, escuchar música y ver pasar a la gente.
En un rincón de la enorme plaza, una mujer pinta figuras con henna y Silvia quiso hacerse una. Así que, tuvimos que negociar el precio y ya cerrado el trato, le realiza el trabajo en su mano con mucha delicadeza en tan solo 5 minutos.
- Debes espera que se seque un poco, serán unos 20 minutos! nos dice.
- Ok, pero tengo todo manchado el otro dedo, tendrás para llimpiarme? dice Silvia
- Si, por supuesto! dice la mujer.
Entonces ocurre lo inesperado: la mujer, dobla una esquina de su vestido, lo escupe y se lo refriega en el dedo manchado de Silvia para limpiarlo. Listo, problema resuelto.
Salimos de ahi, sin entender la situación y entonces pienso: seguro que ésta mujer es madre, porque muchas madres escupen sus pañuelos para limpiar lagañas, comisuras de labios, rodillas raspadas, frentes y cuellos con tierra y mugre de sus hijos. La saliva de madre es limpiadora y curativa. Y ese remedio es mundial.
El día puede resultar agotador por las subidas y bajadas en este pueblo montañoso pero sin dudas, la mejor forma de terminar la jornada en Chefchaouen es sentarse en la terraza de algún café de la plaza para cenar un cuscús o algún tajine y finalizar con el típico té con hojas frescas de menta, donde los mozos se tomarán todo el tiempo del mundo para atenderte, así que a relajarse y disfrutar del momento.
Hasta acá llegamos. La próxima semana continuamos nuestro recorrido por Marruecos.
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