(Infobae.com) La violencia del fútbol es una lamentable costumbre que se repite semana tras semana en la Argentina. El fenómeno ha mutado y ha dejado de presentarse como enfrentamientos entre hinchadas de distintos clubes, aunque suelen presentarse cruces de este tipo de manera esporádica, para reconvertirse en choques entre facciones de una misma hinchada.

En ese marco, los presidentes de River y Boca, los clubes más importantes de la Argentina, coincidieron en afirmar que es el Estado Nacional el que debe encargarse de terminar con el flagelo de las barras.

"No podemos hacerlo solos, es imposible", manifestó Daniel Angelici, mandatario de la entidad "Xeneize", quien aclaró que la responsabilidad le cabe al Estado por "tener el poder de policía". Agregó que con ayuda de los clubes se los podría sacar de las canchas.

Angelici reconoció que "los barras están en el club y uno los conoce" y agregó que los evita: "Soy el presidente del club, me saludan. Yo subo a la camioneta y me voy".

En consonancia con estas afirmaciones, Rodolfo D'onofrio, flamante presidente del "Millonario", sostuvo que los clubes no pueden "dar solución integral" al problema de las barrabravas.

"Los que provocan problemas representan un 0.03%, el restante 99,97 solo quiere disfrutar,
y el gobierno nacional se va dar cuenta que erradicar esto es más fácil que darle seguridad en las calles", agregó.

Ambos también se mostraron a favor del regreso del público visitante a los estadios argentinos, Mientras que Angelici manifestó "no creer" que el Estado "no pueda garantizar un partido con cuatro o cinco mil visitantes", D'Onofrio planteó que "el publico forma parte del espectáculo, especialmente en los superclásicos".

En ese sentido, Angelici se mostró a favor de "hacer una mesa donde esté el Gobierno, y me refiero al Ejecutivo".

Un repaso de la violencia en el 2013:

El 2013 fue uno de los más trágicos de la década en materia de violencia en el fútbol, con al menos 12 víctimas fatales que fallecieron producto de enfrentamientos entre barras, ataques de hinchadas rivales y hechos dudosos que aún no han sido resueltos.
La primera víctima se produjo en el mes de febrero, tras un enfrentamiento entre agrupaciones rivales de la hinchada de Tigre. Alejandro Adrián Velázquez, barra del "Matador", falleció producto de un balazo y otras doce personas fueron internadas con heridas de arma de fuego.

Días más tarde, un hincha de Vélez llamado Diego Bogado fue encontrado sin vida en las instalaciones del club de Liniers. Su muerte aún es materia de investigación.

En el mes de junio se produjo una muerte que derivó en la prohibición del acceso de hinchas visitantes a los estadios. En el estadio Ciudad de La Plata, en ocasión del encuentro que debían disputar Estudiantes y Lanús, la policía reprimió a los hinchas del "Granate" y una bala de goma terminó con la vida de Javier Martín Gerez, de 36 años.

Entre los casos más resonantes del año también se cuentan la muerte del "Loco Pocho", uno de los líderes de la barra de Colegiales, y el fallecimiento de dos hinchas de Boca en el marco de un enfrentamiento entre facciones que se dio en inmediaciones del estadio de San Lorenzo.

El año termina con dos nuevas muertes relacionadas al fútbol en la ciudad de Rosario. Tras el partido de la última fecha del torneo Inicial que enfrentó a Newell's y Lanús, una combi que transportaba a integrantes de una peña "Leprosa" de Buenos Aires fue baleada por dos individuos, uno de ellos con la camiseta de Rosario Central, que se trasladaban en una moto. Como consecuencia del ataque, dos hombres murieron y dos mujeres, una de ellas menor de edad, resultaron heridas.