¿Hasta dónde llega la incidencia del técnico en las acciones que terminan definiendo un partido? Una pregunta que en muchas mesas de café seguramente despertaron acaloradas discusiones. Para poner un poco de luz sobre este debate futbolero, el sanjuanino técnico de fútbol, Caupolicán Nievas pasó por Tarde Trece para hacer un análisis sobre esto y otros puntos siempre polémicos e interesantes para los amantes de la redonda.

Para Nievas, la incidencia de un técnico en sus jugadores es 'determinante' a la hora de la toma constante de decisiones en el campo de juego. Sin embargo, se encargó de dejar en claro que el que termina decidiendo en cada jugada del partido es el jugador, con lo cual, más allá de lo que haya trabajado el futbolista en la semana con el DT en la preparación de ese encuentro, la inspiración propia de cada profesional, es la que inclina la balanza y le da el salto de calidad a las jugadas. 'Es muchas veces lo que le da el salto de calidad que está necesitando al entrenador, por más que se repitan una y otra vez jugadas preparadas como lo hace Simeone. Es que hay cosas que están en lo impredecible. La inspiración del jugador es lo que termina definiendo partidos', sostuvo.

Por otro lado, le consultaron al entrenador que supo trabajar con Marcelo Bielsa, con que inquietudes llegan los niños y jóvenes que comienzan a jugar al fútbol. Casi sin dudarlo, el DT aseguró que los jóvenes y en muchos casos sus padres, desean que una carrera en el fútbol los salve económicamente hablando.

'Según recientes estadísticas, de 10.000 chicos que se inician en el fútbol, unos 100, siendo muy generosos, llegan a jugar a nivel amateur o semi profesional, de los cuales 2 llegan a ser profesionales, y de esos 2, menos de 1 termina llegando a Europa o económicamente hace dinero suficiente como para salvarse con el fútbol', explicó el técnico y analista.

El DT indicó que ante las 'difíciles' estadísticas que arrojan números complicados para que un joven llegue a primera y se establezca, a los adolescentes solo les queda jugar al fútbol, y además estudiar o tener un oficio. Es decir, que el que se dedica al fútbol debe además tener un plan B y no quedarse solo con el fútbol.