Lo que en la previa muchos pensaban que sería un trámite, una goleada, terminó siendo un triunfo sufrido. Sin embargo, lo que para Boca cuenta, es que este martes 9 de abril, en La Bombonera, venció por la mínima a Trinidense y logró tres puntos importantes por la Copa Sudamericana. Fue gracias al gol de cabeza del pibe Aaron Anselmino a los 71’, después de haberlo buscado todo el partido, frente a un rival que intentó ser intenso y aprovechar sus oportunidades, y por momentos lo logró.

Para los dirigidos por Diego Martínez este triunfo por 1-0 frente al equipo paraguayo en condición de local fue más que importante. Más allá de que le dio una alegría a todo el pueblo Xeneize que copó La Bombonera, sumó de a tres y ahora tiene 4 unidades en el Grupo D que comparte, además que, con su rival de esta noche, con Fortaleza y Nacional Potosí. Por lo cual, hasta que brasileros y bolivianos se enfrenten, el club azul y oro es puntero.

El dominio, no obstante, fue claramente del Xeneize en cuanto pudo empezar a hacer rodar la pelota, a partir de su premisa de buscar espacios. Pero lo que faltó en la noche copera de la Bombonera fue la intensidad que viene acostumbrando tener el equipo de Diego Martínez, que se sintió muy cómodo jugando las finales de las últimas semanas pero que (en racha, con funcionamiento aceitado y hasta varios de sus titulares en cancha) no podía imponerse a un rival muy inferior.

No fue por supuesto el único pecado que cometió. En muchos momentos, la similitud con el Boca empatador serial de Jorge Almirón fue asombrosa. Siempre un pase de más, siempre un error no forzado antes de dar la estocada final. Y una receta que no se condecía con el desarrollo del partido. Simplemente porque una vez que el mapa del partido quedó claro, la decisión de buscar una y otra vez con centros frente a una defensa del fútbol paraguayo resultó poco eficaz.

Sin embargo, la apertura del marcador terminó llegando por esa vía, con el cabezazo del joven central de 18 años, Anselmino, tras un buen centro (uno más) de Lautaro Blanco a la salida de un córner, luego de una precisa asistencia del recién ingresado Zenón para un toque justo de Cavani que el arquero logró sacar con lo justo.

Minutos antes, frente a lo que ya era impotencia promediando la segunda parte, Martínez había mandado a la cancha de una al ex Unión y a sus laterales titulares. El contraste con los cambios en cancha fue notorio, y fue una buena noticia para el técnico.

Un momento clave en el partido terminó siendo la jugada que, a falta de cinco minutos, casi termina con penal a favor de la visita. El VAR y una falta previa evitaron esa angustia innecesaria que nadie se preparó para ver. Finalmente, el triunfo era más que necesario y Boca lo logró