Racing bailó a Botafogo y se consagró campeón de la Recopa Sudamericana
La Academia venció por 2-0 al último campeón de la Libertadores en Río de Janeiro y cerró el global con un holgado 4-0, tras el triunfo de la semana pasada en el Cilindro de Avellaneda.
Racing mostró todo su poderío en Río de Janeiro y se consagró campeón de la Recopa Sudamericana 2025. Gracias a una importante ventaja que consiguió la semana pasada en el Cilindro de Avellaneda, La Academia jugó tranquilo este jueves, dominó en casi el partido, y le ganó por 2-0 a Botafogo, al que terminó bailando.
El actual campeón de la Copa Sudamericana había ganado por 2-0 en la ida, jugada en Buenos Aires. Gracias a los goles marcados por Vietto y “Maravilla” Martínez. En la vuelta, jugada este jueves, los dirigidos por Gustavo Costas fueron más que el último campeón de la Libertadores y sellaron un 4-0 en el global, gracias a los goles de Matías Zaracho y de Bruno Zuculini.
Nuevamente el conjunto de Gustavo Costas obró como generador de fútbol, aprovechando los espacios entre la defensa y el medio local y con un Maxi Salas imparable por izquierda. El arquero John, la figura, lo frustró de entrada, y después reapareció ante Nazareno Colombo y el mismo Salas. Más tarde, Luciano Vietto volvió a exigirlo de tiro libre y Salas erró por poco.
El coqueteo de la visita con el gol recién se tomó un respiro antes del descanso, cuando se replegó y permitió que los de Caçapa fabricaran dos: un cabezazo furibundo que sacaron entre Gabriel Arias y el travesaño a Alexander Barboza y un tiro por arriba de Matheus Martins.
Para el complemento, el cambio de Matías Zaracho por el amonestado Luciano Vietto comenzó a darle a Costas frutos desde temprano. A los cuatro minutos, disparó Gastón Martirena, hubo un rechazo y Zaracho, por derecha, colocó el remate al segundo palo.
A los 23', lo liquidó el campeón de la Copa Sudamericana con Martirena habilitando con un exquisito toque por derecha a Bruno Zuculini, que bajó el balón de pecho y sacó un balazo alto al primer palo que se le coló a John. Fue el final de cualquier intento anfitrión y el inicio de un baile argentino, que podría haberse traducido en goleada si no fuera por John apareciendo ante Salas y los ingresados Santiago Solari y Facundo Mura.
Ni el hervidero carioca logró apagar el fuego de Racing, que tras el pitazo final se dispuso a vivir su fiesta. Merecido premio para un equipo que dejó todo y ratificó su protagonismo en América.