Juan Carlos Menseguez fue un jugador con una carrera futbolística algo distinta a la común. Siendo jugador de inferiores de River, pasó al Wolfsburgo con apenas 17 años como parte de la transferencia de D'Alessandro al equipo alemán. Fue en 2003 que debutó en primera pero en Alemanía donde se quedó por cinco temporadas. Luego pasaría a San Lorenzo donde jugó seis años, con un corte en el medio, tras ser cedido a préstamo al West Bromwich de Inglaterra. Pero el momento más glorioso de su carrera fue cuando volvió a River.

Eso ocurrió en el año 2014 cuando el "Rayo" llegó al club donde había jugado en inferiores pero se había visto imposibilitado de jugar en primera. Llegó de la mano de Ramón Diaz que lo había tenido en San Lorenzo y siempre para el riojano, Menseguez fue un jugador que siempre quiso. En River se consagró campeón del torneo Final de Primera División, último título local que ganó el Millonario, y de la Supercopa Argentina, que disputó ante San Lorenzo en San Luis. Con la llegada de Gallardo a River, Menseguez dejaría de ser tenido en cuenta y comenzaría el último tramo de su carrera a pasar por distintos equipos. El primero fue Argentinos Juniors donde jugó una temporada, luego sería el turno de Aldosivi de Mar del Plata, donde también estaría una temporada, para terminar su carrera en 2016 jugando en Juventud Unida de Entre Ríos que había logrado el ascenso a la B Nacional.

En la actualidad Menseguez con 36 años se preparaba para volver al fútbol, pero esta vez como entrenador. Ya recibido para ejercer como tal y con una basta carrera en su espalda solo restaba comenzar a moverse para encontrar un club que le diera la primera oportunidad, pero al final eso por ahora no sucederá. Es que el "Rayo" eligió darle un giro por el momento a su vida y se dedicará más a la espiritualidad. En una entrevista confirmó esa información donde sorprendió a todos, aunque no brindó más detalles sobre que se trata el nuevo camino en su vida.

Menseguez contó que esta nueva vida la conoció a través de su esposa y que le interesó involucrarse de lleno. "Iba camino a ser DT pero incursioné en lo espiritual como mi mujer. La empecé a acompañar a reuniones, cambié de rumbo y me conocí a mí mismo" dijo el Rayo en la entrevista. Además agregó, "siempre hay que ser íntegro con el sueño que perseguís. No me arrepiento de haber sido futbolista. Pero en el ámbito del futbol, yo no podía unificarme con el otro. Siempre estaba en competencia, quería jugar yo y no me gustaba que juegue otro”. El caso de Menseguez es muy parecido a lo del arquero Carlos Roa, quien después de jugar el mundial 98 en Francia y ser pretendido por el Manchester United eligió dedicar su vida a religión que el profesa y dejó el fútbol por unos años.