El sector vitivinícola no viene atravesando sus mejores años y esto quedó reflejado una vez más, luego de conocerse el informe de consumo interno en 2023 que acaba de presentar el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). El estudio arrojó que en San Juan se consumió un 16 por ciento menos en el último año, respecto al 2022, pero si se toman los últimos 10 años, el descenso es del 54 por ciento.

La comercialización interna es importante, porque más allá de lo que se pueda poner en exportación, el consumo dentro del país mueve la aguja. La actividad viene de capa caída cada año y el informe del INV arrojó que en 2023 la comercialización interna fue de 906.430 hectólitros, lo que representan unos 90 millones de litros. Esto significa una caída del 16% si se toman en cuenta los 1.078.614 hectólitros del año 2022.

Una caída del 16% es significativa, pero si se miran los años hacia atrás, en la última década la disminución es por demás superior. Es que en 2013 la comercialización interna fue de 1.943.309 hectólitros, lo que marca una merma del 54%.

Este dato es alarmante porque en una provincia con tradición vitivinícola, en un periodo de 10 años se pasaron de consumir 194 millones de litros de vino y el año pasado fueron 90 millones de litros.

De los últimos 10 años tomados como referencia, sólo en dos ocasiones hubo un leve incremento. En el año 2020 que hubo pandemia, se comercializaron 35.473 hectólitros, mientras que en 2015 también tuvo un repunte menor de 12.741 hectólitros.

Los datos encienden la alarma porque los años de repunte ayudaron en el panorama anual, pero la balanza viene dando negativa en los últimos años, por lo que las nuevas tendencias serán importantes para contrarrestar los efectos negativos de la merma del consumo interno.