El Gobierno nacional anunció un nuevo aumento en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que se trasladará directamente a los precios en las estaciones de servicio de todo el país. Este incremento, oficializado a través del decreto 770/2024, comenzará a regir en septiembre, elevando una vez más los valores que los usuarios encontrarán en los surtidores.

La medida pone fin a la incertidumbre respecto a la aplicación de esta carga tributaria, que había sido ajustada parcialmente en los meses anteriores para mitigar su impacto en la inflación general. Sin embargo, este enfoque ha generado un retraso en la actualización de ambos impuestos, lo que podría llevar a un aumento significativo de hasta un 19,5% en el precio de los combustibles si se aplicara todo de una vez, según estimaciones de la consultora Economía y Energía. Esto se traduciría en que el litro de nafta súper pasaría de $992 a $1.190,10 en la Ciudad de Buenos Aires (CABA).

En agosto, ya se había registrado un aumento del 3%, correspondiente a una actualización del 1% y a la devaluación del dólar oficial del 2%. No obstante, la situación fiscal actual, según el ministro de Economía, Luis Caputo, permite recalibrar el ajuste para apuntalar la desaceleración de la inflación, aunque implique una menor recaudación.

Apenas dos días después del anuncio gubernamental, YPF, la petrolera estatal, aplicó un nuevo aumento del 5,4% en las estaciones de servicio de CABA, buscando equiparar los precios con el resto del país. Este incremento inesperado refleja la presión continua sobre los precios de los combustibles.

En este contexto, las ventas de combustibles en el país continúan en declive. Se ha observado una caída significativa en la demanda de naftas premium, con los consumidores optando por la nafta súper, que es más económica. Los puntos fronterizos han sido los más afectados, debido a la recomposición del precio local en relación con los internacionales desde la asunción de Milei.

Un informe de la consultora Politikon Chaco destacó que en junio de 2024, las ventas de combustible cayeron un 12% en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando el séptimo mes consecutivo de descensos. La nafta, que representó el 55% de las ventas, mostró una baja del 10,1% interanual, con una caída del 6,4% en la nafta súper y del 20,6% en la premium. Por su parte, el gasoil experimentó un descenso del 14,3% interanual, con el gasoil común cayendo un 16,7% y el premium un 9%.