Una influencer argentina reveló que se encuentra pasando una complicada situación actualmente. Lo que sucedió fue que después de que se filtrara su número de teléfono comenzó a recibir una gran cantidad de mensajes amenazantes. Esa persona le aseguró que la iba a secuestrar y que la iba a transformar en su "esclava sexual".

Se trata de Noelia Avalle a quien el pasado 13 de febrero se le filtró el número en sus historias de Instagram. En ese momento la influencer subió una foto de su gato, que cargaba con una chapita en su cuello. En la misma tenía grabado el nombre de la mascota junto al número de la joven para poder contactarla si el animal se perdía.

Aprovechando este descuido alguien tomó una captura de pantalla, hizo zoom y consiguió obtener todos los dígitos del número de teléfono. Si bien una seguidora le avisó sobre esta situación a Avalle, ella vio el mensaje varias horas después por lo que ya eran varias personas las que poseían su contacto.

A partir de ese momento empezó a recibir mensajes amenazantes y subidos de tono. Una persona comenzó a decirle que la iba a raptar y le enviaba fotos de sus genitales. Al percatarse de esto decidió bloquear y reportar a esa persona para que no pudiera enviarle más mensajes. Sin embargo esto no sucedió ya que la persona al otro lado del teléfono cambiaba de número constantemente.

Con el paso de los días las amenazas se volvían cada vez más duras. En un momento dado la influencer recibió una foto de una jeringa y pastillas con el siguiente mensaje: “Este es el cóctel que tengo preparado para vos, vas a ser mi esclava sexual. Te voy a raptar".

“Me amenazaron de muerte, de secuestro y violación. Es aterrador, me causa mucho miedo y mucha angustia. Viví un calvario, sigo viviendo un calvario gratuitamente”, declaró la joven en un video que posteó hablando sobre este tema. Frente a este escenario a la argentina no le quedó más remedio que realizar una denuncia, luego de recibir una imagen de un arma de fuego.

Noelia se traslado hasta la Comisaría 3era de Quilmes para hacer una presentación por el delito de "amenazas agravadas". La causa en cuestión quedó en manos de la fiscal Eugenia Aparicio, quien dictó una orden de alejamiento y le entregó un botón antipánico a la denunciante.