Abuso sexual en Villa Constitución: un masajista podría enfrentar 25 años de prisión
Las denuncias se originaron a partir de la declaración de una mujer que relató su experiencia, lo que motivó a otras víctimas a dar a conocer situaciones similares.
Un masajista y reikista de 57 años, identificado como Valentín Cayetano Benítez, podría recibir una pena de 25 años de prisión tras ser acusado de abuso sexual en perjuicio de cinco pacientes, entre ellas dos adolescentes, en la ciudad de Villa Constitución, Santa Fe. El juicio, que se desarrolla desde hace dos semanas en los tribunales locales, se encuentra en su etapa final, y el veredicto se conocerá entre el 20 y el 25 de noviembre.
Benítez, quien se encuentra detenido desde febrero, admitió los hechos por los cuales se le acusa. Las denuncias se originaron a partir de la declaración de una mujer que relató su experiencia, lo que motivó a otras víctimas a dar a conocer situaciones similares de abuso en su consultorio. En total, cinco mujeres decidieron presentar cargos.
Durante el juicio oral y público, la fiscalía solicitó una pena de 25 años de prisión, mientras que la defensa abogó por una pena mínima. Las abogadas querellantes, en representación de las víctimas, pidieron 28 años. La fiscal sostuvo que Benítez aprovechaba la vulnerabilidad de sus pacientes, ganándose su confianza para luego abusar de ellas, y señaló que los episodios incluyeron abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual simple, en ocasiones repetidas.
El juicio se centró en determinar la magnitud de la pena, ya que el acusado reconoció su culpabilidad. “Discutir la pena en un juicio de estas características es importante, ya que trabajamos para acreditar los daños sufridos por las víctimas, quienes no buscan una reparación económica”, explicó Juliana Tagliatti, abogada querellante. Las denunciantes, quienes acudieron al consultorio de Benítez entre 2021 y 2023, afirmaron que el terapeuta se aprovechaba de su rol y justificaba los abusos con pretextos relacionados con la salud, argumentando que sus “tratamientos” prevenirían el cáncer o desbloquearían la energía.
Las secuelas psicológicas han sido profundas; algunas víctimas relataron que desarrollaron ataques de pánico, estrés postraumático y otras condiciones de salud. “Recuperarme de esto me llevará toda la vida; me siento una sobreviviente”, confesó una de las denunciantes.
Ricardo Lamas, subdirector de acceso a la Justicia, advirtió sobre la necesidad de visibilizar estos casos y subrayó que “ninguna terapia alternativa o práctica religiosa puede invadir el cuerpo de las personas o incluir contenido sexual”.
En los alegatos finales, las querellantes describieron que los abusos ocurrieron en un contexto de manipulación y dependencia emocional. Tagliatti sostuvo que las víctimas experimentaron grandes dificultades para verbalizar lo sucedido y que el abuso impactó gravemente en su salud física y psicológica, así como en sus relaciones personales y sociales.