La Administración Nacional de Parques Nacionales (APN) se encuentra en el ojo de la tormenta tras el despido de 80 de sus trabajadores, una decisión que ha desencadenado protestas y preocupaciones sobre el futuro de la conservación de las áreas naturales en todo el país.

Los despidos, anunciados por la nueva dirección del organismo, han generado una gran inquietud entre los profesionales ambientalistas debido al impacto directo en las políticas de conservación de los paisajes y recursos naturales argentinos. Según denuncias de los trabajadores afectados, los despidos se han centrado principalmente en técnicos profesionales y administrativos.

Los cesanteados realizaban sus tareas principalmente en Casa Central y en varios Parques Nacionales, incluidos El Palmar (Entre Ríos), El Impenetrable (Chaco), Nahuel Huapi (Río Negro y Neuquén), Islas de Santa Fe (Santa Fe), Leoncito (San Juan), Bosques Petrificados de Jaramillo (Santa Cruz), Arrayanes (Neuquén) y Los Alerces (Chubut), entre otros. Según testimonios, los despidos se llevaron a cabo de manera abrupta, sin consideración alguna y en un momento crítico, justo antes de Semana Santa y el fin de semana largo.

La decisión de reducir la plantilla de trabajadores se basa en el Decreto 84/2023 del Gobierno nacional, publicado en diciembre pasado, que modificó el plazo de renovación de contratos de empleados públicos de un año a tres meses. Esto ha dejado a muchos trabajadores sin la renovación de sus contratos, llevando a la cesantía de 80 empleados de un total de 2,200 en la APN.

María Mercedes Cabezas, Secretaria General Adjunta de ATE Nacional, destacó que del total de trabajadores de Parques Nacionales, 1,200 son contratados temporalmente, a pesar de cumplir funciones permanentes, lo que constituye un fraude laboral.

Los despidos no solo afectan la estabilidad laboral de los trabajadores, sino que también ponen en peligro la operatividad de las áreas protegidas y las tareas técnicas de conservación del patrimonio cultural y natural de toda la población argentina. 

En respuesta a esta situación, los trabajadores se han declarado en asamblea permanente y han organizado protestas durante el fin de semana largo de Semana Santa y el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas en distintos puntos turísticos para visibilizar su protesta. Además, han solicitado la reincorporación de los trabajadores despedidos y la estabilidad laboral para el resto del personal.

Ante esta crisis, las organizaciones ambientales y los turistas expresan su preocupación por el futuro de la conservación de las áreas naturales y la seguridad de los visitantes en los Parques Nacionales. Las protestas y el cierre parcial de algunos senderos en áreas protegidas como Los Glaciares reflejan los riesgos actuales que enfrentan tanto los trabajadores como los turistas que visitan estas áreas durante las vacaciones.