En un contexto donde el ahorro económico y el cuidado del medioambiente son prioridades crecientes para muchas familias, reducir el consumo de energía en el hogar se ha vuelto una tarea esencial. Aunque apagar las luces y utilizar bombillas de bajo consumo son medidas conocidas, hay un factor menos evidente que impacta significativamente en el gasto eléctrico: los electrodomésticos que permanecen conectados durante la noche.

Según un estudio del laboratorio Lawrence Berkeley, del Departamento de Energía de los Estados Unidos, muchos aparatos siguen consumiendo energía aun cuando no están en uso, en lo que se conoce como "consumo fantasma" o "consumo en stand-by". Este fenómeno, que podría parecer insignificante, puede representar un porcentaje notable en la factura de energía mensual, contribuyendo tanto al gasto innecesario como al impacto ambiental.

A continuación, se detallan algunos de los dispositivos más comunes que deberían desconectarse para evitar este consumo residual.

Uno de los principales aparatos que consume energía en modo de espera es el decodificador de televisión. Estos dispositivos, utilizados para recibir señales en los televisores, suelen permanecer en un estado de preparación continua, lo que demanda una cantidad considerable de energía. El estudio del laboratorio Lawrence Berkeley señala que mantener el decodificador conectado durante la noche puede generar un gasto constante y evitar que el equipo esté listo cuando no es necesario.

La recomendación es clara: desconectar el decodificador cuando no se esté utilizando, especialmente en horario nocturno, puede contribuir a una reducción significativa del consumo de energía.

Dejar la computadora portátil conectada permanentemente es otro hábito perjudicial, tanto para el ahorro energético como para la vida útil del dispositivo. Muchas personas desconocen que mantener el portátil enchufado durante largos períodos puede someter a la batería a una sobrecarga, reduciendo su capacidad para retener energía con el tiempo.

Además, aunque no se esté utilizando la computadora, el simple hecho de que esté conectada a la corriente sigue generando consumo eléctrico. Por ello, es recomendable desenchufarla una vez que la batería esté completamente cargada o cuando no se vaya a utilizar por un tiempo prolongado, como durante la noche.

El cargador del celular es otra fuente de consumo fantasma. A pesar de que la cantidad de energía que utiliza es pequeña, muchas personas lo dejan enchufado continuamente, incluso cuando no están cargando el teléfono. Este hábito puede parecer inofensivo, pero cuando se acumula el consumo de varios cargadores en el hogar, puede representar hasta un 10% del total de energía utilizada en un mes.

Desenchufar los cargadores por la noche no solo reduce el gasto eléctrico innecesario,  sino que también ayuda a prolongar la vida útil tanto de los cargadores como de los dispositivos conectados a ellos.

Aunque los televisores modernos son más eficientes que los antiguos, también son responsables de un consumo fantasma si se dejan conectados. Incluso en modo de espera, los televisores siguen consumiendo energía para mantenerse listos para encenderse rápidamente.

Desconectar el televisor antes de ir a dormir puede parecer una acción pequeña, pero a lo largo del tiempo puede generar un ahorro considerable.

Otro electrodoméstico que parece inofensivo, pero que sigue consumiendo energía mientras está enchufado, es el microondas. Aunque no se utilice, la pantalla digital, el reloj y otros sistemas internos siguen funcionando, lo que genera un consumo constante. Al desenchufarlo durante la noche o en momentos en los que no se necesite, se puede evitar este gasto.

El impacto de estas pequeñas acciones va más allá del ahorro económico. Reducir el consumo fantasma no solo disminuye la cantidad de dinero que se destina a la energía, sino que también ayuda a reducir la huella de carbono que cada hogar genera. Contribuir a un menor uso de recursos energéticos también es una forma de proteger el medioambiente y ayudar en la lucha contra el cambio climático.

Fuente INFOBAE