Desde hace cinco años, Karina Ortega lleva adelante una desgarradora lucha por una internación digna para su hijo y los pacientes del hospital psiquiátrico Ragone, de la provincia de Salta. La madre desesperada describió una serie de situaciones alarmantes: maltrato, condiciones inhumanas, y un enfermero imputado por violar a una paciente. Su hijo, G., de 27 años, internado en el sector de “inimputables” del nosocomio, sufre esquizofrenia de grado 4 y ha sido víctima de abusos y negligencia médica.

En una entrevista con InfoSalta, Karina relató cómo el pasado 24 de abril denunció nuevamente el maltrato y abandono al que su hijo ha sido sometido: “Mi hijo salió flaco, sucio y con las manos quebradas. Lo único que hicieron fue darle ropa nueva, como para que yo diga que mi hijo está bien cuidado”, expresó con una mezcla de dolor e indignación.

Durante una de las visitas autorizadas, G. le pidió a su madre no regresar al lugar, alegando que todas las madrugadas cinco personas lo abusaban brutalmente. Karina asegura que, cuando fue a pedir explicaciones a la licenciada en Trabajo Social a cargo de las autorizaciones, no la atendió y la bloqueó del WhatsApp.

Karina también denunció la falta de atención médica adecuada. Su hijo tiene marcas en el cuello, las manos quebradas y está muy bajo de peso, pero recién tiene turno con el traumatólogo para dentro de un mes. Además, critica que el psiquiatra a cargo “no medica correctamente a su hijo y que las condiciones del consultorio y todo el lugar son deplorables”.

La madre describió el hospital como un lugar de pesadilla: “Hace unas semanas estábamos fuera del hospital junto a una periodista haciendo una nota por este tema y el olor que sale de las pequeñas ventanas que están sobre la vereda es inaguantable. La periodista lo dijo en el vivo ‘que no se podía soportar el olor a podrido’”. Karina añadió que la ropa de su hijo tiene el mismo olor: “siempre que busco ropa es para tirarla, el olor es tan fuerte que no se va ni lavándola dos o tres veces”.

Ortega también señaló la falta de personal suficiente en la institución, mencionando que solo hay tres guardias para 20 pacientes. Describió el estado deplorable de los internos en cuidados intensivos y relató la muerte de una joven en circunstancias turbias que no fueron debidamente investigadas: “Los locos no tienen derecho a una vida digna en ese hospital, para ellos son descartables”, indicó.

Las acusaciones de Karina apuntan directamente a la indiferencia de las autoridades del hospital, incluyendo al director Fernando Acuña, quien, según ella, “no ha dado la cara”.

Mientras tanto, la madre del joven sigue adelante con su lucha, decidida a no descansar hasta que se haga justicia: “Acudo a los medios porque es la única forma de hacer que esto se conozca y hagan algo”.

Karina exige una auditoría y una intervención inmediata que ponga fin a “los abusos más crueles que sufren los pacientes psiquiátricos en esa institución”.