Desalmados: torturaban a sus hijos y los obligaban a comer vómito y excremento
Las víctimas son tres hermanos de entre 10 y 13 años. El hombre y la mujer acusados, serán juzgados por estos abusos en Santa Cruz.
Un padre y su pareja serán juzgados a partir del próximo miércoles por un grave caso de maltrato infantil a dos nenes y una nena de entre 10 y 13 años en Río Gallegos, que pudieron escapar en julio de 2021 del horror.
Según consta en el expediente judicial del caso que conmocionó a las autoridades intervinientes de Santa Cruz, los menores llegaron incluso a hacer un pacto suicida por la pesadilla que sufrían en manos de su progenitor y su madrastra.
Uno de los actos más aberrantes que se les atribuye a los agresores, es que los habrían obligado a comer material fecal y vómito a las víctimas, que lograron ser rescatadas y ahora se encuentran a resguardo.
La investigación comenzó en julio de 221, cuando los hermanos huyeron de la casa del horror donde vivían una vida de tormentos. Los dos varones (el mayor y el menor), escaparon por la ventana del bajo, y mientras que la nena no pudo superar el pánico y prefirió quedarse.
Los niños fueron a la comisaría, donde dieron cuenta del infierno que padecían, y que incluía diferentes tipos de torturas. Aparentemente, tomaron la decisión de escapar luego de romper por accidente una tablet de los agresores, que no iban a dudar en tomar represalias.
Los policías notaron que los hermanos estaban aterrados y que el más chico tenía la oreja deformada. El nene les comentó que era por las mordidas de su madrastra.
Roxana V. y David F.,los imputados, podrían ser condenados a penas de 8 a 20 años por “lesiones graves calificadas por ensañamiento y alevosía, amenazas y reducción a la servidumbre”.
Antes de vivir con el papá y su pareja, los tres hermanos se habían ido de la casa de su mamá biológica porque el padrastro les pegaba, pero lo que vivieron después fue peor. “Los golpeaban a puño cerrado en todo el cuerpo. Les pegaban con un cinturón, con un caño metálico. Los torturaban, les abrían la boca con los dedos y se la estiraban. A mordidas y tirones, la mujer le deformó la oreja al más chico y después le extraía la sangre acumulada con una jeringa”, describió Jorge Godoy, de la Defensoría Pública Oficial de Niños, Niñas y Adolescentes N°2 de Santa Cruz, en diálogo con TN.
“Los chicos llegaron al extremo de hacer un pacto suicida si algo le pasaba a alguno de ellos”, reveló el funcionario, que contó que el menor de los hermanos, por el terror que le tenía a su madrastra, “empezó a hacerse caca encima y esta mujer lo hacía comerse su propia materia fecal”. Una vez, la nena vomitó durante la comida y la detenida “la obligó a comer del plato con el vómito”.
A los hermanos también los encerraban en una habitación y allí pasaban casi todo el día. Los hacía limpiar y el mayor “era obligado a prepararle la comida a la mujer y llevársela a la habitación. Los trataba como si fuesen esclavos”, detalla el defensor, y agrega: “El padre también participaba de los maltratos”.
Los detalles del calvario que vivieron los chicos quedaron expuestos en sus testimonios en cámara Gesell. En diciembre de 2021, una vez que acreditó las torturas a través de las declaraciones y los exámenes médicos, la jueza de instrucción Marcela Quintana ordenó la detención de la pareja. “La mujer también amenazaba a la nena con atentar contra su integridad sexual con un palo, pero no pudo probarse la presencia de una situación de abuso”, acota Godoy.