En un acto que sorprendió a muchos, Juan Román Riquelme apareció en medio de la platea de Boca Juniors, envuelto en gases lacrimógenos y balas de goma, para frenar lo que parecía el preludio de una tragedia. Las imágenes que rápidamente se viralizaron mostraban a la barra brava de Boca, conocida como "La Doce", en un enfrentamiento directo con los hinchas de Gimnasia , apenas contenidos por una escasa línea de policías. 

Riquelme, junto a otros miembros del Consejo de Fútbol del club como Mauricio "Chicho" Serna, Marcelo "Chelo" Delgado y Raúl Cascini, tomó protagonismo en un intento por calmar a los barrabravas. Sin embargo, aunque la intervención del presidente del club fue crucial para evitar una tragedia, la relación entre las dirigencias de Boca y La Doce sigue siendo cuestionada. Estos vínculos han sido fomentados por sucesivas administraciones del club, y la actual no es la excepción.

En las imágenes que recorrieron los medios, se pudo ver a Riquelme dialogando con figuras clave de la barra, como Fabián "Topadora" Kruger y Fernando "Lana" Gatica, ambos con extensos antecedentes penales. Kruger, mano derecha de Rafael Di Zeo, fue condenado hace 15 años por delitos relacionados con la violencia en el fútbol. Por su parte, Gatica es un histórico miembro de la facción de Lomas de Zamora, también vinculado a diversos actos delictivos en el pasado. Ambos lideraron el grupo de violentos que ayer desató el caos.

No es la primera vez que estos nombres aparecen en los titulares. Kruger y Gatica fueron parte de la comitiva que acompañó a Riquelme durante las elecciones en las que fue elegido presidente del club. Estuvieron al frente de su seguridad, en una muestra más de la cercanía entre las dirigencias y los líderes de la barra.

La relación entre La Doce y la Comisión Directiva de Boca no solo se limita a la seguridad en los estadios. Como ha sido denunciado en varias ocasiones, uno de los principales negocios que une a ambas partes es la reventa de entradas. En este entramado también juegan un rol clave personajes como Marcelo Ferreyra y Alejandro Vocos Giménez, quienes han tenido vínculos directos con la barra y han formado parte de la estructura de seguridad del club.

Vocos Giménez, ex oficial de la Policía Federal y subcomisario de la seccional que tiene jurisdicción sobre La Bombonera, es una figura central en esta trama. A pesar de haber sido procesado en dos ocasiones por presunta vinculación con la barra, sigue al frente de la seguridad del club. Su nombre resuena en causas judiciales relacionadas con la violencia en el fútbol, como el caso de la batalla interna de 2013 que dejó dos muertos.

A lo largo de las décadas, los nombres y los rostros en la dirigencia de Boca han cambiado, pero la presencia de La Doce en las tribunas sigue siendo inamovible. Desde los años 90, la barra ha mantenido su dominio, negociando con cada presidente que ha pasado por el club. Mientras los jugadores y directivos van y vienen, los violentos continúan en sus lugares, respaldados por una estructura que parece intocable.