El juez Ariel Lijo tomó la decisión de que Juan Percowicz y otras 16 personas vayan a juicio oral. Esto es por causa que investiga una supuesta asociación ilícita dedicada a la trata de personas que operaría bajo la pantalla de la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA). 

La “secta de Villa Crespo” actuaba en Buenos Aires, aunque sus ramificaciones llegaron a los Estados Unidos. Mediante fundaciones para el lavado de dinero y filiales dedicadas a la difusión de las actividades en la Argentina captaban de adeptos que eran enviados a la “clínica” CMI Abasto, en las que se realizaban las “curas de sueño”. Esto no es nuevo para Percowicz quien fue investigado en 1993 por cargos similares a los que enfrenta ahora, es decir, captación de personas para someterlos a explotación sexual y laboral.

La “Escuela de Yoga” de Percowics se conoce como “BAYS” por sus siglas en inglés (Buenos Aires Yoga School) en ese país. De acuerdo con lo que consta en el expediente,  ejecutaban una maniobra que denominaban “acciones de venta” o “beysear”: juntarse con personas para promocionar la Escuela y así atraer a quienes quieran participar en las actividades. Además, invertían en la compra de inmuebles y para adquirirlos contaban con el asesoramiento de miembros que residen en los Estados Unidos: Pablo Sinigaglia, Verónica Ángela “Loia” Iácono, María Beatriz “Bugi” Bugari y Gabriel Armando Sorkin.

Según la Investigación del Departamento de Trata de Personas de la PFA, los cuatro utilizaban para tal fin las sociedades y fundaciones Avanti Wellness, CMI Abasto y We are Candor. El blanqueo de los capitales permitió a la secta de Villa Crespo, que opera en la Argentina hace al menos 30 años, evolucionar y mutar en el tiempo.