El peor final tuvo la búsqueda de Aimé Castillo. A la joven bombera de 23 años la encontraron muerta este lunes. Se trata de la trabajadora que había desaparecido hace unos días en una ciudad de Buenos Aires, tras el suicidio del novio en Año Nuevo.

A la muchacha la buscaron con un intenso operativo que desplegó a la Policía, Bomberos y sus familiares. Lamentablemente, Aimé fue encontrada ahorcada en un campo sobre la Ruta Provincial 215.

Su familia había reportado su desaparición, en medio de la conmoción por la muerte de su pareja. Había sido vista por última vez cuando salió de la casa de su madre ubicada en el barrio “La Dolly”, de la localidad bonaerense de Coronel Brandsen, donde había estado viviendo en los últimos días.

La joven había atentado contra su vida tras el suicidio de su novio, por lo que estuvo internada en un hospital local de San Vicente. Al recibir el alta, fue a despedir los restos de su pareja, días más tarde se fue a la casa de su madre en Brandsen.

El pasado sábado 4 de enero, cerca de las 13, la madre de la víctima regresó de trabajar y no la vio. Al mismo tiempo, notó que la bicicleta naranja de la joven tampoco estaba en la vivienda.

Micaela, la hermana de Aimé, había dado una entrevista para un medio televisivo en el que notaron que la joven "había mejorado" ya que "estaba muy depresiva" ante la crisis mental por la muerte de su pareja de 47 años.

Según el testimonio de Micaela, el hombre decidió quitarse la vida en la madrugada del 1° de enero ya que atravesaba un cuadro de depresión por presuntos maltratos de su ex esposa.

"Nos encontramos con mi hermana que estaba shockeada", sostuvo la familiar de la joven, agregando que el también bombero le dejó cartas de despedida "pidiéndole disculpas" y que "la quería un montón por acompañarlo en el proceso".