El fiscal que investiga el crimen de Nora Dalmasso, Pablo Jávega, anunció un importante avance en la causa al identificar a un nuevo sospechoso. Se trata de Roberto Bárzola, un hombre que trabajaba como pulidor de pisos en la casa de Dalmasso y cuyo ADN fue encontrado en el cinto de la bata utilizada para estrangular a la víctima.

Bárzola, quien había declarado como testigo en etapas previas de la investigación, ahora enfrenta la imputación de abuso sexual seguido de muerte. Aunque seguirá en libertad, el acusado fue notificado formalmente, se le permitió proponer defensa y conocer las pruebas en su contra. Según Jávega, Bárzola decidió abstenerse de declarar en esta etapa procesal.

El fiscal detalló que tanto la familia de Nora Dalmasso como el imputado participaron en las pericias de cotejo genético, que incluyeron la huella encontrada en el cinto y un cabello hallado en la zona inguinal de la víctima. Además, confirmó que Bárzola trabajó en la casa durante la semana previa al crimen y que este vínculo es una pieza clave en el caso.

Jávega se mostró optimista respecto a una condena para el sospechoso, aunque reconoció las dificultades que implica el tiempo transcurrido desde el asesinato, ocurrido en noviembre de 2006. “Estamos trabajando con una actitud muy perseverante, aun con el alto porcentaje de posibilidades de prescripción. El escenario ideal sería tener una acción en la que el acusado pueda ir preso”, expresó el fiscal.

La investigación había quedado estancada tras la absolución del viudo de Dalmasso, Marcelo Macarrón, en 2022. Sin embargo, los avances en genética forense reactivaron el caso al encontrar rastros de ADN en el cinto de la bata de toalla, utilizada como arma homicida.

Los análisis genéticos realizados durante tres años por el Ministerio Público Fiscal, el Centro de Genética Forense del Poder Judicial de Córdoba y el National Center for Forensic Science de la Universidad de Florida fueron determinantes para vincular a Bárzola con la escena del crimen.

En su declaración inicial, Bárzola había confirmado que estuvo en la casa el 25 de noviembre de 2006, aunque aseguró que no ingresó al domicilio y negó contacto con la víctima. “Los días que trabajé, no teníamos contacto con otros trabajadores ni con Nora. La vi una sola vez”, declaró en aquel momento.