El sacerdote Franco Lütens, de la parroquia Virgen María Madre del Pueblo en Quilmes, fue denunciado por tres catequistas por abuso sexual gravemente ultrajante, con acceso carnal, agravado por su rol como ministro de culto. La Diócesis de Quilmes lo apartó de su carga tras conocerse las denuncias.

La causa judicial, iniciada en mayo de este año, está a cargo del Juzgado N°4 de Berazategui. Según detalló la abogada Fernanda Raia, representante de las víctimas, las pericias psicológicas realizadas a los denunciantes aún no fueron entregadas, lo que retrasa la imputación formal del sacerdote. Lütens, quien no se presentó a su propia pericia psicológica, permanece en libertad y bajo una orden de restricción perimetral con las víctimas y testigos.

Los denunciantes, exmonaguillos y catequistas de la parroquia, señalaron que el sacerdote se valió de su rol pastoral para manipularlos psicológicamente y abusar de ellos. Relataron que buscaba acercarse a personas vulnerables, generando vínculos afectivos o económicos y alejándolos de su entorno cercano. Entre los episodios denunciados, se mencionan exhibiciones obscenas y un clima de intimidación que incluía amenazas.

En 2012, una de las víctimas había denunciado los abusos ante el obispo Carlos José Tissera, quien tomó nota del caso pero no habría avanzado en la investigación en ese momento. Sin embargo, la Diócesis emitió un comunicado el pasado 13 de noviembre, informando que Lütens fue apartado en junio de sus funciones y que se inició una investigación interna, siguiendo las directivas del Papa Francisco.

A la espera de resoluciones judiciales, la abogada Raia y la psicóloga Liliana Rodríguez, de la comunidad de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina, advirtieron que el sacerdote continúa en contacto con jóvenes vulnerables mientras estudia psicología en una universidad de Berazategui. Las denunciantes solicitaron que la institución educativa tome medidas al respecto para proteger a los estudiantes.