Se produjo el hallazgo del cuerpo sin vida de Antonella Acuña, de 22 años, en la pileta de una vivienda en Merlo. El principal sospechoso es Agustín Guillermo Benítez, un agente de la Fuerza Barrial de Aproximación (FBA) de San Martín, quien fue detenido luego de que se encontraran múltiples contradicciones en su declaración.

La joven había sido vista por última vez en la noche del lunes y su madre, preocupada por no tener noticias suyas, realizó una denuncia por su desaparición. Según indicaron fuentes judiciales, fue clave el testimonio de una amiga de Acuña, quien aportó un dato decisivo: Antonella había compartido con ella el contacto de un cliente al que iba a visitar esa noche.

Gracias a esa información, efectivos policiales llegaron hasta la vivienda de Benítez, ubicada en la calle Las Lilas al 1500. En un primer momento, el agente intentó desligarse del hecho y aseguró que no se había concretado un encuentro porque no lograron acordar el precio del servicio. Sin embargo, su versión generó sospechas inmediatas: el celular de Acuña se apagó justo después de enviar un mensaje que confirmaba su llegada al lugar.

“Por suerte le pasó el teléfono de su cliente a una amiga. Y así pudimos llegar al domicilio. El imputado se excusó diciendo que no habían llegado a un acuerdo en la tarifa y que ella se fue. Pero el celular se apagó justo en ese momento. Por eso fue sospechosa su conducta”, explicó una fuente judicial al portal Primer Plano Online.

Ante las inconsistencias del relato, la fiscal Silvana Bonini solicitó un allanamiento de urgencia al juez de Garantías, Ricardo Fraga. Horas más tarde, los agentes encontraron el cuerpo de Antonella sumergido en la pileta del domicilio.

De acuerdo con las primeras pericias, la joven habría muerto por asfixia mecánica. Aunque se aguarda la confirmación oficial con los resultados de la autopsia, la hipótesis que manejan los investigadores es que el femicidio se produjo tras una discusión motivada por el desacuerdo en el pago del servicio: Benítez habría ofrecido pagar solo un tercio del valor pactado con la víctima.

El caso fue inicialmente caratulado como averiguación de paradero, pero luego fue recaratulado como homicidio agravado. El agente permanece detenido y a disposición de la Justicia, mientras continúa la investigación para esclarecer el brutal crimen.