"Sangre por todo el piso": un hombre denunció a L-Gante y su madre
La víctima trabajaba como empleado para el cantante y su familia. Ahora se conoció su calvario.
Cuando todo parecía estar tranquilo, L-Gante quedó en la mira de los medios y la justicia por una inesperada denuncia.
En esta nueva situación, Claudia Valenzuela, la madre del cantante también quedó involucrada por los dichos de un hombre de 46 años que acudió a la Justicia para denunciarlos por "robo, privación ilegal de la libertad, coacción agravada, lesiones y amenazas", además de "reducción a la servidumbre".
En esta declaración, también quedaron involucradas personas del entorno del cantante de cumbia.
Empleado
Según el relato del hombre, él es empleado de la familia desde hace cuatro años, con cama adentro. Todo el conflicto comenzó cuando el denunciante sufrió un ACV y dijo haber sufrido maltratos por parte de Elian y su circulo íntimo.
El medio Infobae accedió al documento de la denuncia que decía: "(...) L-Gante me gira y empieza a golpearme en la cara con sus puños, manifestándome: ‘Viejo traica... Mirame a la cara, la concha de tu madre’. En esos segundos, aparecen los amigos de Elián, de nombre Jona, alias “El Gordo”, y Tomás Herrera, a quienes pudiera reconocer perfectamente en caso de verlos, y empiezan a golpearme todos juntos a la vez con puños y patadas. También recuerdo que estaba la novia de Elián, Candela, y apareció la madre", comenzó diciendo el hombre.
Luego sumó: "Recuerdo que me golpean entre todos. Piñas, patadas. También apareció Yamil, quien intentó mediar: ‘Déjalo, lo vas a matar. Sufrió de un ACV hace poco, lo vas a terminar matando’. Al rato me desvanecí. Recuerdo que había sangre por todo el piso, me salía sangre de la boca y de la nariz, casi me ahogo de tanta sangre que escupía. Todo ello transcurrió en la cocina del departamento de Elián Valenzuela", agregó.
Hambre
Por si esto fuera poco, el hombre también aseguró que madre e hijo lo mantenían a base de mate cocido y de amenazarlo para que se calle. "Me mandaron amenazado a la casa de atrás, diciéndome que iban a estar vigilándome por si me escapaba. Luego, escupí sangre toda la noche, no pude dormir de los dolores. Allí, al recomponerme un poco, empecé a buscar por todos los cajones porque recordaba haber dejado una llave del portón. Al encontrarla, aproximadamente a las 5 y en el estado que me encontraba, me pude escapar".
Para finalizar, el denunciante aseguró que fue amenazado y "obligado a realizar todo tipo de tareas sin ninguna contraprestación, mas que el lugar donde dormir: limpiaba, barría, lavaba los autos y la ropa, cocinaba, me usaban de chofer".