Este lunes y luego de la expulsión de Lucía, Gran Hermano tuvo su segunda noche de "congelados", el juego que hace que familiares de los participantes ingresen a la casa con la regla infranqueable de que los "hermanitos" no pueden moverse, hablar ni interactuar.

Es así que luego de la entrada de la novia de Lisandro, el marido de Emmanuel y la madre de Nicolás, fue el turno de la madre de Rosina y la novia de Federico, más conocido como Manzana.

Apenas sonó la alarma, los jugadores se quedaron estáticos y fue Fabiana, la mamá de la uruguaya, quien ingresó al juego para abrazar a su hija después de casi 70 días de aislamiento.

Incontenible

Apenas la mujer ingresó, Rosina, que quedó “congelada” en el pasillo del patio mirando hacia la entrada y no pudo contener las lágrimas al ver a su mamá. “Soñaste con estar acá, te lo merecés, sos privilegiada por haber sido seleccionada”, le dijo Fabiana a su hija.

“Tratá de disfrutarlo. Después vas a tener recuerdos de cada uno, te va a quedar para toda la vida”, le dijo la mujer a la particular participante que no podía contener su emoción. Cuando todo parecía cumplido, la morocha dijo en voz baja "Mágica", el nombre de su gata.

Frente a esto, Gran Hermano decidió sancionar a la jugadora, quien no cumplió las reglas del "congelado" y le quitó la posibilidad de jugar por la casa prefabricada que se disputará este martes en lugar de la prueba líder: 

Consternada, Rosi lloró frente a cámara y hasta consideró injusta la sanción que sirvió como una advertencia para los jugadores que aún no son visitados por sus familiares.

Mucho beso

Además de la uruguaya, Manzana recibió la visita de su novia, Luciana Macías quien, en todo momento, abrazó al cantante urbano que quedó "congelado" en el sillón para poder disfrutar de un momento único y esperado.