Interfaz cerebro-máquina. Es justamente lo que ahora se está llevando adelante revolucionando lo que es la biología, la informática, la electrónica, al hombre mismo. Muchos dicen que esto se debe a que hay una revolución total dentro de lo que es la cuestión de inteligencia artificial aplicada al cerebro. ¿De qué forma una máquina puede ser operada con el pensamiento? Muchos dicen que es revolucionario porque la primera revolución industrial allá en el siglo XVIII, donde aparece la máquina de vapor, también era revolucionaria. Luego, en la segunda etapa, la electricidad también fue revolucionario en el siglo XIX. Y llegamos al siglo XX con todo lo que es la energía atómica, la fisión nuclear. Y luego, ahora, se dice que es la revolución de la informática a través de la inteligencia artificial. Y no porque vamos a seguir desarrollando tantos aspectos electrónicos o de informática, sino muchos se animan a afirmar que se viene un hombre distinto, que más allá de la evolución darwiniana, biológica, se viene una evolución que es fruto de la tecnología, el Homo roboticus, el Homo digitalis. ¿Será cierto esto que estamos formando a través de esta ecuación que es impresionante? De la informática, la ingeniería electrónica, la biología, la física, con la medicina, la neurología.

Bueno, para eso hemos invitado a dos amigos que han estado varias veces en evolución humana. Aquí a mi derecha, el doctor Daniel Patiño, ingeniero electrónico, doctor en ingeniería, doctorado en inteligencia artificial aplicada a robots manipuladores en Argentina. También docente de grado, de posgrado, miembro de la Comisión de Inteligencia Artificial de la Academia Nacional de Ciencia. investigador en inteligencia artificial desde hace muchos años, 1986. Como becario del Conicet, acá de la Argentina, realizaste estudios postdoctorales sobre inteligencia artificial, también en el Instituto de Tecnología de Nueva Jersey en Estados Unidos. Miembro del Instituto de Ingeniería Electrónica de Estados Unidos. Investigador sobre redes neuronales artificiales.

Fernando Márquez. Aparte de médico neurólogo, especialista en neurorrehabilitación, científico de datos, coordina el área de memoria y trastornos cognitivos del Hospital Rawson. Docente de grado y de posgrado en la Facultad Medicina de la Universidad Católica de Cuyo. Neurólogo del Consorcio Latinoamericano y otras cosas más.

Ernesto Lloveras - Lo que nos interesa esta noche es que entre los tres, pero sobre todo con el especialista en inteligencia artificial y el neurólogo, un médico y un ingeniero especialista en electrónica. Podamos desentrañar esta gran pregunta. ¿Estamos yendo a un hombre nuevo, distinto, electrónico, robotizado, con todos los problemas contra que vamos a analizar? Bueno, primero, Daniel, situarnos en el día de hoy porque podemos hacer historia hablando de todos los que fueron pioneros. Pero más que nada para aprovechar el tiempo que tenemos. ¿Dónde estamos parados a nivel de inteligencia artificial? Cuando hace muy poco, el año pasado, científicos con tanto temor y algunos tecnólogos firmaron un acta donde le pedían a las Naciones Unidas que llevaran adelante una especie de reglamento, una actividad de control, porque se tiene miedo que esto se nos salga de los cánones normales. ¿Por qué hay tanto temor en la inteligencia artificial?

Daniel Patiño - Bueno, hay temor en realidad porque estamos a muy pocos pasos de tener prácticamente la estructura del cerebro humano desde el punto de vista del hardware. Desde el punto de vista de la electrónica estas máquinas tienen la capacidad de aprender en forma autónoma a partir de datos, de bases de datos. Y el temor se tiene porque se supone que en pocos años, aproximadamente en el año 30, se está diciendo 29, va a tener prácticamente la misma inteligencia que el ser humano. Y sobre el 50 o 40 o unos 20 años más va a tener una capacidad de aprendizaje totalmente autónoma y de evolución por sí misma. Con lo cual, si no tenemos las restricciones necesarias sobre esa máquina, indudablemente va a poder tener los vicios que normalmente tenemos nosotros. Porque, como siempre te dije, hemos desarrollado una máquina a imagen y semejanza del hombre. Y por lo tanto, el comportamiento y la forma de funcionar ha evolucionado a tal punto, desde el punto de vista del hardware, que estamos ahora en lo que se llama una industria 5.0. La industria 1, 2, 3 y 4 normalmente fueron olas de 100 años, de periodos de evolución, de acomodamiento, de la actividad social, económica, laboral. Pero después se redujo a 50 años, luego 40 años y esta última ola fue de aproximadamente unos 20 años. Y estamos esperando que la próxima, que va a ser la industria 6.0, va a ser en 2030.

Ernesto Lloveras - Bueno, ya en el anterior programa, hacíamos referencia a la historia de la investigación del cerebro humano, analizando algo que realmente nos llega a dar un poco de terror. Nos impacta cuando hacían la trepanación de cráneos los aborígenes, nuestros antecesores, y también todos lo que hacían la loboterapia, sacando parte del cerebro por los ojos para investigarlo, robando cadáveres. Pero pasó el tiempo, lógicamente llegamos al siglo XXI con una serie muy sofisticada de elementos, de maquinarias, el descubrimiento de que hay electricidad en el cerebro, se genera electricidad. Por eso le queremos preguntar al médico neurólogo que nos acompaña y es justamente la persona indicada para que nos diga cómo está la investigación médica en relación al cerebro y la máquina.

Fernando Márquez - Bueno, es súper interesante todos los avances que están saliendo en este aspecto. Hace poco salió un trabajo científico en una revista muy importante que mostraba cómo la interface cerebrocomputadora era capaz de controlar una neuroprótesis para poder identificar el lenguaje en ciertas regiones cerebrales en pacientes que no tienen lenguaje y lograr esto. Esto ya había salido hace un tiempo atrás, pero la particularidad que tenía en este trabajo era que podían entender el lenguaje en el cual estaba pensando ese paciente que no tiene lenguaje, independiente de que lo haga en inglés o en español, por ejemplo. Ese es un ejemplo, pero hay muchísimos, o sea, hoy en día las interfaces cerebrocomputadoras pueden controlar prótesis en pacientes con parálisis, pueden controlar la computadora, pueden controlar diversos dispositivos, hasta de domótica, en el hogar, de todo tipo.

Ernesto Lloveras - Bueno, el caso más pragmático quizás sea de Stephen Hawking, este científico británico, que se le había dado posibilidad de vida de dos años, tres años, bueno, murió a los 76, más de lo que esa enfermedad terrible le permitiría a priori. Pero la ciencia también logró que él pudiese dar entrevistas y dar conferencias, prácticamente hasta los últimos meses de vida, con más de 75 años. Una maravilla porque el con solo mover alguna parte de sus mejillas ya con eso daba algún tipo de señal a la computadora para que pudiese procesar todo un lenguaje y poder dar una conferencia. Ahora, uno nos explica ¿cómo puede ser? No sé ya para quién de los dos es esta pregunta, cómo puede llegar a que una estimulación de una mejilla, sino el pensamiento, llegar a una máquina fría implantada quizás en el cerebro, pueda llegar a funcionar, ¿cómo se hace ese traspaso?

Daniel Patiño - Bueno, hay distintos métodos, nosotros en el instituto trabajamos hace diez años en algunas tesis doctorales en donde era una interfaz de hombre-máquina a través de los estímulos de las señales electroencefalogramicas y funcionó muy bien. Ahora se ha ido avanzando en el implante de chips ya para trabajar directamente con señales mucho más fuertes y determinar ciertas áreas del cerebro para poder hacer después esos comandos que uno lo puede hacer con el solo hecho de pensar. Yo lo que puedo decirte de que volviendo de nuevo me he quedado con el tema de por qué este tema del temor a la inteligencia artificial y hay gente que está diciendo que en el año 2040 más o menos que es cuando tengan estas capacidades de prácticamente de desarrollarse, de evolucionar en sí misma, se puede llegar a que la sociedad va a tener el reemplazo a la singularidad, lo que se llama la singularidad que va a reemplazar prácticamente todos los trabajos, con lo cual eso significa un ejercicio que tenemos que hacer de qué pasaría en una sociedad en donde vamos al extremo, en donde tenemos una sociedad con una tecnología de avanzada que puede reemplazar cualquier trabajo, cualquier tarea que realice un ser humano.

Ernesto Lloveras - Bueno, ahí el problema del ocio. ¿Qué hacemos con el tiempo?

Daniel Patiño - Ahí viene el tema y ya están los postulados de tener rentas universales básicas. Elon Musk dice que no, tiene que ser alta esa renta universal básica, pero ya se está hablando, es decir que ya están hablando de ese tema que los estados lo van a tener que enfrentar.

Ernesto Lloveras - Bueno, le preguntamos al doctor Márquez, Neuralink, esta organización que ha implementado Elon Musk para la implantación de chips en el cerebro humano, implantes cerebrales para superar los problemas de parapléjicos, personas con sordera, ciegos, bueno, personas que no pueden hablar y sin embargo se ha logrado revertir todo esto a través de estos microchips. Ya se han publicado primeros casos que son realmente asombrosos, pero son los primeros, detrás seguramente vendrán miles.

Fernando Márquez – Seguramente, yo creo que sí, aparte porque pareciera que está funcionando bien, igual lo que han publicado lo han publicado de ellos… Lo cual puede llegar a tal vez tener un sesgo y habría que ver el trasfondo de todo eso, pero evidentemente está funcionando muy bien porque tiene una particularidad. Lo que me parece que es que los electrodos están en contacto con la corteza cerebral y eso hace que por ahí las señales de la actividad cerebral sean un poco más claras para decodificar que cuando, por ejemplo, se hace con otros métodos, tal vez más tradicionales en lo que es el mundo de la interfaz cerebral del computador, igual no soy un experto en eso, pero sí, si ya se ha podido controlar sillas de ruedas con electroencefalograma, bueno, probablemente con Neuralink va a funcionar tal vez, uno quiere tener la esperanza y que mucho mejor.

Ernesto Lloveras - Los biógrafos de Stephen Hawking dicen que al momento de su muerte, a los 76 años, bueno, él ya dominaba todo, por supuesto, con la mejilla, pero que ya últimamente la misma enfermedad estaba impidiendo mover los músculos de la cara, la mejilla, por lo tanto se tendría que pasar al otro estado que era justamente el pensamiento, pero no lo logró todavía porque falleció. No obstante, ya se están logrando resultados sorprendentes únicamente con el pensamiento, porque el pensamiento también es electricidad o tiene algún tipo de energía.

Fernando Márquez - Y hay distintos métodos, bueno, eso tal vez el ingeniero lo puede explicar mejor, pero algunos, por ejemplo, censan lo que se llaman los “potenciales evocados”, otros censan las ondas eléctricas, digamos, del electroencefalograma normal. Hay distintas técnicas, hay distintas líneas de investigación en ese sentido, pero bueno, obviamente sí los resultados son sorprendentes y bueno, permiten hacer muchas cosas, pero en la clínica el desafío por ahí es, digamos, ¿cómo lograr que los pacientes tengan adherencia a esos dispositivos? Porque, por ejemplo, utilizar una silla de ruedas con un electroencefalograma tendría que el paciente tener un casco en la cabeza, lo cual a veces les es incómodo o les molesta. Bueno, yo cuando hice la subespecialidad en rehabilitación en Flenny estaba la clínica de tecnología asistida y a veces probaban este tipo de dispositivos en algunos pacientes y nos pasaba mucho que, por ejemplo, los cuadripléjicos, que para que controlen la silla se intentaba que lo hagan, digamos, mediante la interfaz cerebrocomputadora, pero la verdad que los pacientes por ahí en general pasaba que no querían usar el casco en la cabeza. Tampoco es que era una práctica cotidiana y no te tengo la estadística para decirte cuántos pacientes aceptarían y cuántos no, cuál es el porcentaje de adherencia más oficial, pero en general eso es un poco lo que en mi experiencia vi.

Ernesto Lloveras - Cuando fue el Mundial de Fútbol de Brasil, a una persona se le antojó algo distinto, no simplemente bailes y música, sino que una persona cuadripléjica que era deportista fuese por todo el estadio y la cancha, llegara hasta la pelota y la pateara. Un cuadripléjico. Muchos decían, bueno, es muy complicado, es difícil, no sé si estaremos a la altura de las circunstancias a nivel tecnológico, sin embargo se analizó y se hizo y lo vimos todo en directo a nivel mundial en el campeonato justamente de Brasil. Daniel, eso fue un hecho paradigmático porque muchos decían ¿realmente está bien que se haya hecho esto, utilizar como conejillo de India al ser humano?, es una cuestión deportiva, pero muchos dijeron, no, esta es la forma para que todo el mundo, todos los sectores sociales conozcan lo que está haciendo la electrónica, la medicina y que llega directamente al deporte también.

Daniel Patiño - Sí, muchas veces se usan los exoesqueletos que le llaman, que son como un traje que aquella persona, inclusive cuadripléjica, puede llegar a hacer algunas actividades, puede hacer algunos movimientos, eso se ha visto, algunos equipos están avanzados en ese tema. El tema clave que es, como dice acá el doctor, es esa forma invasiva o cómo detectamos, o cómo tomamos esas señales del pensamiento para poderlas traducir en una acción o en una operación. Entonces la clave está en eso, que se está trabajando en esos neurochips y se está hablando también de lo que sería mucho más simple todavía si usáramos, por ejemplo, tomografías. Una tomografía computacional en donde podemos ver en tiempo real los pensamientos en los distintos lugares del cerebro y allí poder decodificar esa información y poder determinar patrones de pensamiento y comportamiento de las personas. Pero claro, todavía no tenemos esos equipos para decir, bueno, una persona que cotidianamente se tiene que mover en algún lugar tenga un resonador encima. Pero bueno, son tecnologías que van madurando, cada vez se hacen con más precisión y cada vez más pequeñas, con nanotecnología inclusive. Pero bueno, yo siempre digo que es una cuestión de tiempo. Esto es una cuestión en donde hemos avanzado y estamos ahora en un crecimiento exponencial, fue un crecimiento lento, pero ahora estamos yo creo ya en un crecimiento exponencial en todo este tipo de cosas que vemos. Por ejemplo, el tema de la inteligencia artificial y del temor que se le tiene es porque la máquina supera ampliamente a la forma de funcionar del cerebro humano, que si bien lo hemos usado como modelo matemático y computacional al cerebro, hemos llegado a superar. Por ejemplo, una célula nerviosa es 100 mil veces más lenta que una compuerta electrónica. En el cerebro nosotros no podemos acceder a una base de datos de millones de datos de información, la máquina sí, y en forma masiva. Se puede actualizar en forma instantánea. Nosotros necesitamos para aprender a caminar 1 año y para tener una profesión aproximadamente 20 años, la máquina solamente necesita 15 días para tener la información de un profesional. Además de eso pueden entre ellas copiarse su mente, su capacidad, cosa que el hombre no lo puede hacer. Yo no puedo transferir el conocimiento a una persona en forma instantánea, la máquina lo puede hacer. En capacidad nos gana siempre. Nos va a ganar siempre y ese es el temor. El temor es cuando en el momento que estamos hablando del 40 o 45, la máquina tenga la capacidad de ella tomar decisiones totalmente en forma autónoma y evolucionar en forma autónoma, con muchísima más capacidad que la de la persona.

Ernesto Lloveras - Bueno, siempre hacemos referencia a una película de fines de la década del 70, 2001: odisea del espacio, de Stanley Kubrick, donde este director llevó justamente allí el gran debate de la máquina. Iban por el espacio en una nave espacial, los astronautas terrestres, y era comandado justamente una inteligencia artificial, un robot. Pero ¿qué pasa? Prácticamente en la mitad de la película el robot prefiere seguir él y no los seres humanos que lo iban a desconectar, por lo tanto termina matando a los astronautas. La gran pregunta que quiero hacer a los invitados esta noche, si esto se puede dar, la extracción, el pensamiento, la conciencia, puede tener una máquina, no digo ya hoy, pero el día de mañana, a corto plazo como decimos según los cálculos, esta deducción, decidir hasta quitarle la vida a un ser humano, violando también las leyes de Isaac Asimov, conocidas por sus libros, ¿no?

Fernando Márquez - Bueno, es una pregunta bastante compleja, pero tengo entendido que hay algunas redes neuronarias artificiales que ya están dotadas de empatía, y se habla de que también se estaba por alcanzar, o no sé si se ha alcanzado, que tengan algo de conciencia en algunas cosas en particular.

Ernesto Lloveras - ¿Conciencia qué significa? Conocerse con la existencia de sí mismo, como que es consciente de su existencia.

Fernando Márquez - Sí, es la conciencia de uno mismo y del entorno. Hay muchas definiciones de la conciencia en la historia de la neurología, pero si lo resumimos a grandes rasgos sería eso, el conocimiento de sí mismo y del entorno. Pero bueno, a veces es como los pacientes que tienen desórdenes prolongados de la conciencia. Los límites son un poco difusos, porque muchas veces los pacientes, o sea, para poder medir la conciencia, que es un gran desafío, se tienen que dar una serie de requisitos para medirla clínicamente. Requisitos como, por ejemplo, que el paciente tenga todos sus efectores, referimos a efectores como, por ejemplo, el brazo, para poder responder la orden que yo le estoy pidiendo que responda, ¿se entiende? O, por ejemplo, el oído preservado para comprender la orden. Y muchas veces esos pacientes tienen pocas respuestas al entorno, pero tal vez no es porque no tengan conciencia, sino porque no pueden ejecutar, digamos, la respuesta a ciertos estímulos del entorno. ¿Se entiende un poco?

Ernesto Lloveras - Sí, sí, sí. Todo tiene su complejidad, pero bueno, también le queremos trasladar la pregunta al ingeniero electrónico, al especialista en inteligencia artificial. ¿Llegará un momento en que la máquina, el robot, pueda traer, que tenga conciencia de sí mismo?

Daniel Patiño - Ha ocurrido en una simulación de un combate militar en el ejército de Estados Unidos. La máquina tomó la decisión, era un dron y había una persona que la tele operaba desde tierra, y habían distintos tipos de objetivos en donde la persona de tierra le decía que no, que no era ese objetivo, que ese objetivo no. Entonces la máquina decidió matar al jefe porque lo consideró un enemigo, al tener tres o cuatro objetivos y no matarlos tomó la decisión esa. O sea, tomó en forma autónoma una decisión que, bueno, enciende todas las alertas de todo este tema. Es muy interesante, yo siempre digo que el cerebro, como el cosmos, es un enigma, es un misterio, y lo que vamos avanzando en ciencia, normalmente se describe muy bien, pero no se sabe por qué. Esa es la historia. O sea, podemos modelar matemáticamente, podemos realizar, que emule ciertas funciones que hace el ser, pero no sabemos por qué. Es decir, ¿qué fue primero, el pensamiento o fue el proceso electroquímico que se produjo en las células nerviosas? ¿Qué fue primero? No sabemos. Es decir, no se sabe todavía bien si fue primero el pensamiento o fue primero o fue el estímulo o el desencadenamiento, el proceso electroquímico que se produce en el cerebro.

Ernesto Lloveras - ¿Se le llama singularidad a todo esto que forma parte del misterio de la ciencia?

Daniel Patiño - Singularidad llegamos cuando se toman los extremos. Una singularidad es, por ejemplo, que la máquina en una civilización avanzada prácticamente pueda desarrollar toda la tarea que puede hacer un ser humano. Entonces, se llega a un extremo en donde nadie es necesario que trabaje para desarrollar, para la creación de bienes y servicios. Bueno, ¿qué hacemos? Es una singularidad. ¿Qué hacemos? Bueno, es un planteo que se tiene que ir haciendo la sociedad, algunos lo están haciendo de hecho, y por eso también de alguna manera, ese recelo que hay de no saber cómo vamos a abordar esto más adelante en una civilización donde vamos a tener una tecnología de avanzada que puede reemplazar nuestras tareas cotidianas.