Comenzó el juicio al cura Walter Bustos por el presunto abuso de dos hermanos menores de edad en el año 2017 y su apariencia llamó la atención al sentarse en el banquillo de los acusados: asistió al juicio con vestimenta religiosa, incluidos el cleriman y la camisa con el cubre botones, típico de los consagrados.

Más temprano, desde el Arzobispado de San Juan de Cuyo emitieron un comunicado aclarando la situación institucional del acusado, que actualmente se encuentra suspendido en el ejercicio público del ministerio sacerdotal. Sin embargo, desde la institución especificaron que el acusado puede, por más duro que sea el hecho del que de lo acusa, usar este atuendo al menos hasta que la sentencia, en caso de ser considerado culpable, esté firme.

De acuerdo con su abogara Sandra Leveque, el imputado no declarará al menos en esta ocasión, proceso que comenzará con la formalización de la elevación a juicio solicitada por las autoridades. Por consejo de su defensora, el acusado no declarará en el banquillo en esta jornada.

El proceso comenzará con la formalización de la elevación a juicio. Según el calendario enviado por el Tribunal, se piensa que el debate podría continuar hasta el 2 de mayo. Para la defensa presentaron dos testimonios que se convertirían en su principal fuente para probar la inocencia de Bustos. Lo mismo harán en la fiscalía, está trabajando el Dra. Torres.

Hoy, la solicitud de aumentar la competencia se leerá como una solicitud del abogado. Aunque el caso requería que los acusados hablaran, el fiscal recomendó el uso de formularios especiales, al menos para este juicio.

Desde esta perspectiva, la prueba contra Bustos se ve las, por lo que buscarán el perdón del cura.