La provincia de San Juan se encuentra atravesando una compleja etapa durante los últimos días. Esto se debe a que entre el viernes 2 de febrero y el lunes 5 de febrero, sorpresivamente murieron un total de 23 personas. Si bien las causas finales fueron diversas, la mayoría tuvo en común la presencia de la ola de calor.

El dato fue aportado por fuentes judiciales los cuáles manifestaron que casi la mitad, precisamente 11 de ellos, no tuvieron a terceras personas involucradas. Esto se debe a que las víctimas sufrían de alguna enfermedad crónica que los llevó a la muerte dentro de sus domicilios, sin registrar ningún hecho de violencia. Las patologías que presentaban estas personas, se vieron agravadas por las altas temperaturas, provocando que registraran el peor final posible.

Dentro de este grupo se encuentra un vecino del barrio Tomás Edisson, en Santa Lucía. En este caso efectivos policiales tuvieron que entrar por la fuerza a su casa luego de que vecinos manifestaron que percibieron un olor nauseabundo que provenía del lugar. Una vez dentro los uniformados se encontraron con el cadáver de esta persona en un rincón del domicilio, en avanzado estado de descomposición.

Algo similar sucedió en Pocito cuando residentes en la zona también llamaron al 911 porque hacía mucho tiempo que no veían a una adulta mayor de 60 años de apellido Malla. Cuando los agentes se acercaron a la vivienda percibieron el hedor propio de la descomposición de un cuerpo sin vida, confirmando que los restos de la mujer estaban en su hogar.

Otro caso resonante fue el del barrio Güemes del departamento Rawson, cuando dentro de una habitación encontraron muerto a Ramón Bautista Vallejo de 60 años. Si bien en la propiedad se encontraba su hermano quien fue detenido en un principio, se comprobó que ambos estaban peleados. El sospechoso manifestó que si bien hacía algunos días que no vio a su hermano salir de dicho cuarto, no le interesó para nada por eso tardaron tanto en descubrir que había muerto.

Los 12 casos restantes tienen que ver con personas que perdieron la vida y permanecieron en ese mismo lugar por días hasta que alguien los encontró. Por ejemplo esto se dio en una montaña de Calingasta, a un kilómetro del Arroyo Turquesa donde murió un hombre nacido en Mendoza.

Se trataba de Rubén Suárez de 59 años de edad, el cual se desvaneció mientras hacía turismo por esta zona tan frecuentada de la Cordillera. Después de bastante tiempo las autoridades pudieron encontrarlo para llevarlo hasta el refugio de Laguna Blanca y después a la ciudad para su posterior traslado a la Morgue Judicial para su autopsia.

Debido a la gran cantidad de autopsias que debieron realizar en un corto periodo de tiempo, los forenses tuvieron que optimizar al máximo el tiempo para poder hacer frente a esta demanda. En ese contexto, estos procedimientos confirmaron que también se trataban de muertes naturales donde el calor colaboró para llegar a este desenlace.