El escandaloso caso de un chico que, drogado, se metió a una seccional y les sustrajo los cascos a dos policías que habían concluido su jornada laboral y pretendían irse, cobrará su primera cabeza: el oficial que estaba a cargo aquella noche en que, por las cámaras de video internas, descubrieron que no se trataba de una broma sino de un vecino al que ya conocían por sus transgresiones, confesará ante un juez en un juicio abreviado que cometió delitos contra ese menor. 

Privación ilegal de la libertad e incumplimiento de los deberes de funcionario público son los ilícitos que el oficial inspector, Leandro David Escobar, admitirá ante la jueza Verónica Chicón. También se mostrará dispuesto a recibir 1 año de prisión en suspenso (sin detención) y el doble de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Según fuentes judiciales, esos son los trazos principales del acuerdo al que arribó Escobar y su Defensa oficial, con Fiscalía.

Todo pasó alrededor de las 22,15 del 11 de julio de 2022 en la seccional 34ta apostada en La Bebida, Rivadavia. Esa noche fue Escobar el que descubrió que el menor se había metido a sustraer los cascos luego de saltar una medianera y que huyó por el mismo lugar. Enseguida, varios policías salieron a buscar a ese menor, lo encontraron "en la calle", lo llevaron a la seccional y allí lo hicieron confesar quién tenía los cascos. 

Cuando los recuperaron, Escobar habría dado la orden de entregar al menor a uno de sus hermanos mayores. El resto de los policías implicados puede acordar un juicio abreviado o intentar defenderse en un juicio común. El problema surgió cuando el chico se descompensó y hubo que llevarlo al hospital Marcial Quiroga. Entonces su madre denunció en la seccional 13ra que su hijo había sido golpeado por los policías, que lo habían sacado a la fuerza de su casa. 

Enseguida se enteró el jefe de la seccional 34ta, pero cuando llegó a su lugar de trabajo, al otro día, los policías minimizaron el hecho con el menor. Entonces analizó las cámaras de seguridad y también denunció, porque de la sustracción de los cascos, la detención del menor sin orden judicial y el resto del operativo no había quedado ninguna constancia. La investigación encarada entonces por Fiscalía terminó por complicar también a otros efectivos.

La oficial ayudante Gabriela Alejandra Sosa (ya se iba esa noche), al cabo primero Julio César Salinas y los agentes Kevin Ariel Sánchez (calabocero), Micaela Alejandra Agüero Godoy y María Paula del Rosario Heredia Atampiz (la mayoría de los cuales son defendidos por el abogado Maximiliano Páez Delgado) quedaron complicados, aunque los más comprometidos fueron Escobar y el calabocero Sánchez. Hasta ahora no se habrían probado los presuntos apremios ilegales.