A fines de la semana anterior salió a luz un dramático caso de una denuncia realizada por una pareja a algunos profesionales médicos por la presunta mala praxis durante un parto, del cual señalan que estuvo cargado de violencia. Por ello, Nadia Barrionuevo y Carlos Narváez relataron en primera persona el crudo testimonio de la experiencia traumática con su bebé recién nacido que días después perdió su vida.

Según contó la mamá de la criatura fallecida, el 13 de junio se acercó al hospital porque ya se habían cumplido las 36 semanas de gestación y no sentía ningún dolor. Ante esto le informaron que debía esperar hasta las 41 semanas donde le indujeron el parto del hijo que estaba esperando, algo que iba a marcar el inicio de una pesadilla para el joven matrimonio.

 “Me pedían que hiciera fuerza en la camilla. Me hacían caminar. Llegaron a hacerme abrir las piernas, con un pie sobre una banqueta y parada, para que empujara. En otro momento me pusieron apoyada contra una camilla y pie, con las piernas abiertas, para que siguiera empujando”, relató Nadia Barrionuevo. La mujer explicó que en ningún momento ante tantos dolores algunos de los médicos evaluó hacer una cesárea, sumado a la fuerza que estaban ejerciendo con su cuerpo de una manera muy “bruta”.

Al mismo tiempo explicó que  a las 8 de la mañana la llevaron a una sala y los profesionales pusieron en prácticas las maniobras llamadas “kristeller”, que consiste en apoyar y presionar su vientre con las manos y los antebrazos para empujar al bebé por nacer.

“Sentía como se me subían encima y me presionaban la panza. No daba más del dolor. Así me tuvieron horas hasta que sentí que algo se cortó dentro de mí y nació mi bebé. Ahí todo fue un silencio total. Me quedé callada y mi hijo no lloraba. Después veo que se llevaban a mi hijo en brazos. Estaba morado y con la cabeza para atrás”, afirmó Nadia. Unos instantes después le comunicaron que Lorenzo, así se llamaba el niño, estaba en grave estado. “Yo lloraba, no entendía nada. Mi marido entró a verme, pero estaba destrozado y se arrodilló a llorar al lado de mi cama”, indicó.

De acuerdo al testimonio del padre, los médicos le dijeron primero que el niño se había asfixiado con el cordón umbilical. Posteriormente descubrieron que presentaba una hemorragia en el hígado por una lesión. “Se me derrumbó todo cuando la obstetra me dijo que la mamá estaba bien pero el bebé estaba complicado. Nosotros sabíamos que mi hijo estaba grave por el trabajo de parto. Si mi hijo estaba sano. ¿No entendemos por qué no le hicieron cesárea si el parto venía mal o tenía problemas con el parto normal? Les pregunté durante una audiencia que tuvimos y una de las médicas me dijo que: ‘en una clínica privada, una puede elegir hacerse una cesárea. Pero en un hospital público no, porque cuesta dinero’. Todo se hizo mal. Por eso nos asesoramos y realizamos la denuncia en la Justicia”, relató.

De este modo, el bebé permaneció internado en terapia pediátrica más de tres semanas y finalmente falleció el 7 de julio a las 11 de la mañana. Es por ello que ambos esperan una respuesta por parte de la justicia, ya que durante la audiencia anteriormente nombrada algunos de los profesionales tuvieron unas declaraciones para nada agradables.

Cabe destacar que el fiscal Francisco Micheltorena se encuentra a cargo de las investigaciones. Por ello tras la muerte, pidieron el secuestro de la historia clínica y ordenaron practicar la autopsia al cadáver del bebé.  Es que una de las conclusiones a las que llegaron es que el niño murió como consecuencia de una hemorragia interna por un hematoma en la zona del hígado por una presunta lesión producida por la presión ejercida sobre el abdomen de la madre cuando el niño aún no terminaba de nacer.

Por otro lado, desde el Hospital Rawson manifestaron que por el momento no harán algún tipo de descargo sobre este caso y que esperaran que el caso siga por las vías judiciales.