Este martes, fue sentenciado a 17 años de prisión un hombre que embarazó y tuvo un hijo con su propia hija tras violarla. Todo empezó con manoseos cuando ella tenía 8 años y continuó con violaciones cuando la víctima tenía 14. Un día, el hombre salió con sus hijos a juntar objetos en un basurero de Pocito y engañó al resto diciéndoles que se alejaran. Cuando ya no lo veían, agarró a la fuerza a su hija y la violó.

Ella gritó y pidió ayuda, pero nadie la escuchó. Nadie la salvó. Después, cada vez que quedaban a solas su papá aprovechaba para someterla, golpeándola, amenazándola, prometiéndole las peores consecuencias para sus hermanos o su madre si acaso se resistía. Tanta violencia la hizo temer y calló. Después de los ultrajes y las graves advertencias, el hombre volvía a su casa y actuaba como si nada hubiera pasado. 

Hasta que quedó embarazada y entonces entró en escena otra de las maniobras de su padre: la obligó a decir que la criatura era hija de un tal 'Pampa' que también frecuentaba los basureros a los que iban. Pero resultó que ella ni lo conocía y que ese joven había fallecido unas semanas antes de que ella diera a luz, apenas con 16 años. Era el plan perfecto, a pesar de que su mamá pareció dudar y hasta se fue de la casa.

Pese a dudar de su pareja, luego la mujer volvió y pareció convencerse de esa falsa versión. Desde el nacimiento de su nena, la víctima ya no fue sometida por su papá, pero le quedó esa incómoda y dolorosa espina de una verdad dañina. Hasta que se animó. Cuando formó nueva pareja y tuvo otro hijo, le contó la verdad al joven con el que compartía sus días y denunció. Avisó en su familia y algunos la apoyaron.

Pero luego se retractaron y le dijeron que mejor dejara todo así porque el daño que iba a causar iba a dividir la familia. De todas formas reclamó Justicia el 9 de septiembre de 2019, cuando el changarín tenía 67 años y la niña, su hija nieta, 11. Un estudio de ADN en esa niña que hoy tiene 13 años, no dejó dudas sobre la paternidad del sospechoso, hoy de 69 años y no mencionado para preservar a la menor.

El cotejo de genes arrojó un 99,999% de certeza de que era el padre de su hija nieta. Esa prueba fue fundamental para que admitiera su culpa y acordara un juicio abreviado por medio de su defensor oficial, Marcelo Salinas, con la fiscal Marcela Torres. Se mostró dispuesto a recibir 17 años de cárcel y esa fue la pena que le impuso el juez Maximiliano Blejman, de la Sala II de la Cámara Penal.

(Fuente: Diario de Cuyo).