Exceso en la legítima defensa: por qué el hombre que mató a su hermano quedó libre
Andrés Alejandro Alameda aceptó una pena sin encierro tras quitarle la vida a su familiar, José Pablo Alameda.
Andrés Alejandro Alameda (31), el mecánico de colectivos que mató a su hermano en Rawson luego de una discusión por un TV, aceptó ser condenado a 2 años de prisión condicional, es decir, sin encierro, por lo que continuará en libertad, dijeron fuentes judiciales. La pena fue acordada entre el fiscal coordinador de la UFI Delitos Especiales Iván Grassi (asistido por el ayudante fiscal Ignacio Domínguez) y el defensor Carlos Reinoso. Mientras que, el juez Eugenio Barbera homologó el acuerdo de juicio abreviado.
En el caso se aplicó la figura de exceso en la legítima defensa. El hecho ocurrió el 2 de enero pasado y 3 días después, el homicida fue excarcelado luego de la audiencia en la que fue imputado formalmente. Ese día, en su declaración, Andrés Alejandro Alameda recordó los momentos previos a la ejecución de los disparos. Eso fue cerca de la 1 de aquel día. Él había llegado a su casa de calle 5 cerca de Alfonso XIII con su expareja y el hijo de 5 años que tiene con ella, hogar donde convivía con su hermano, José Pablo Alameda (34).
La relación venía tensa por culpa de las constantes recriminaciones de José Pablo, ofuscado porque días atrás la mujer, llamada Fernanda Jorquera, supuestamente le había limpiado o simplemente tocado un televisor nuevo que él guardaba en su caja original y cuidaba como oro. Los investigadores explicaron que Andrés tiene buena relación con la madre de su hijo y por eso le permitía ir a su vivienda a limpiar. Esa situación sacó de sus casillas al mayor de los Alameda y por varios días estuvo reprochando que le habían tocado el tele y que quería uno nuevo.
Esa madrugada, cuando su hermano llegó con su ex y el hijo, José Pablo volvió a insultar a la mujer y se armó una discusión. De pronto, el fallecido fue a una habitación y sustrajo la carabina calibre 22 largo de su hermano, con la que le apuntó a Jorquera. Ella tomó a su hijo y empezó a correr hacia afuera, consta en el expediente. En ese momento, a sabiendas del riesgo, Andrés interceptó a su hermano y logró quitarle la carabina.
Y, cuando José Pablo continuaba corriendo en dirección a su excuñada y su sobrino, recibió los dos disparos, uno en la pierna derecha y otro en la zona baja de la espalda que le perforó el intestino y el hígado. "Estoy muy triste. No lo quise hacer, sólo lo hice para detenerlo, para defender a mi hijo y a la mamá de mi hijo", había explicado Andrés ante el juez. Luego había señalado que su hermano "se descontroló mucho, por eso lo hice... salió corriendo a atacar a mi hijo y a Fernanda" y que "creía que llevaba una catana" u otra arma blanca.
"No se detenía, estaba mal y me obligó a eso. Nunca pensé que iba a fallecer, yo no quería eso. No tuve más opción, era la vida de mi hijo. Pero sólo lo quería detener, no matarlo". Según los investigadores, cuando el fallecido se encontraba herido en el piso, el ahora imputado le hizo una especie de torniquete en la pierna, le armó una almohada para su cabeza y él mismo llamó a la ambulancia. Un policía declaró que, mientras esperaban la atención médica, el herido decía "la culpa fue mía, no lleven preso a mi hermano, no quiero hacer la denuncia".