Cristian Rodrigo Vila, el sujeto que apuñaló a su ex pareja con un tenedor de asador y protagonizó varios episodios de violencia de género, fue condenado a tres años de prisión condicional. A pesar de la gravedad de los hechos, la pena le permitirá permanecer en libertad, ya que su defensa llegó a un acuerdo con la fiscalía en el marco de un juicio abreviado.

Durante la audiencia que culminó con la sentencia, se revelaron detalles aterradores de los abusos que sufrió la víctima. Entre los episodios de violencia, se destaca el ataque del primero de enero, cuando Vila no solo la apuñaló, sino que también intentó quemarla con un cigarrillo encendido, lo que obligó a la mujer a defenderse con un cuchillo. A lo largo del año, los ataques se repitieron, a pesar de las intervenciones judiciales y las órdenes de restricción que se emitieron en su contra.

El episodio definitivo ocurrió el pasado sábado, cuando Vila irrumpió en la casa de la víctima, la golpeó y le lanzó una botella de vidrio. La mujer logró escapar, se encerró con su hija mayor y su bebé en una habitación, y llamó al 911. Aunque pensó que el agresor había huido, al salir de su vivienda fue interceptada nuevamente por Vila, quien intentó arrebatarle a su hija de los brazos y quemarle el rostro con un cigarrillo.

Desesperada por la situación, la mujer se defendió con un cuchillo que llevaba para protegerse y logró herir a Vila en el abdomen. Minutos después, la policía llegó al lugar y arrestó al agresor, quien fue trasladado a la Comisaría 3ra.

Entre el primer y el último ataque, Vila mostró un comportamiento desafiante hacia la justicia. Ignoró las órdenes de restricción y no compareció cuando fue requerido, lo que llevó a que fuera declarado en rebeldía. En una de las ocasiones, la víctima se vio obligada a buscar refugio en el Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género (CAVIG) junto a sus hijas, tras recibir una trompada de Vila.

A pesar de estos antecedentes, la condena de Vila se resolvió con una pena de prisión en suspenso, lo que significa que no cumplirá tiempo en la cárcel, pero deberá respetar estrictamente las restricciones impuestas por la justicia. Entre ellas, se encuentra la prohibición de acercarse a la víctima, con la amenaza de perder su libertad si infringe esta orden.