Johana Aranda, alcaldesa de la ciudad de Tolima, al oeste de Colombia, impulsó una medida de “corrección de conducta” en la que los alumnos de las escuelas secundarias son llevados a visitar cárceles de máxima seguridad, con el propósito de persuadirlos de cometer delitos. Se denominó “Terapia de choque” al proyecto que los padres de los alumnos dan su aprobación.

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El proyecto forma parte del programa “Delinquir no paga”, que busca combatir la delincuencia en la ciudad de Ibagué, en el departamento de Tolima. “La idea es que los adolescentes vivan en primera persona lo que es la reclusión en un recinto de alta seguridad” afirmó un portavoz de la alcaldía Infobae.  

Las imágenes difundidas por el propio municipio muestran a los jóvenes entrar en el centro como si de reclusos se tratara, siendo sometidos a una intensa revisión antes de ingresar. Se les venda los ojos para llevarlos al comedor, donde los guardias les dieron una “bienvenida” cargada de gritos.

“Iniciamos esta estrategia, en la que queremos que ellos se enfrenten a una realidad que tal vez desconocen”, explicó la alcaldesa Aranda. “Queremos jóvenes que sean capaces de soñar alto, de tomar buenas decisiones y de transformar este territorio”.