A David Fajgenbaum, actualmente médico y profesor de la escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), le diagnosticaron una rara enfermedad cuando estaba cursando sus estudios universitarios. Su condición lo llevó en varias ocasiones al borde de la muerte, lo que le impulsó a buscar incesablemente una manera de tratarla.

En el 2010, Fajgenbaum, entonces de 25 años, estudiante de medicina y jugador de fútbol, contrajo la enfermedad de Castleman, una dolencia potencialmente mortal que ataca a los ganglios linfáticos y provoca que el sistema inmune ataque a los órganos vitales.

Inicialmente, tras constatarse que sus riñones, hígado y médula ósea se estaban 'apagando', los médicos creyeron que Fajgenbaum sufría un linfoma, por lo que fue internado y tratado con esteroides por siete semanas. Pero poco tiempo después experimentó una recaída, y entonces se estableció el diagnóstico definitivo.

Fue sometido a sesiones de quimioterapia con el único medicamento existente para tratar la enfermedad, pero sin resultados. Con el tiempo se recuperaba, pero recayó en los años siguientes. En total, el doctor ha sobrevivido a cinco hospitalizaciones graves, e incluso en alguna ocasión le leyeron los ritos funerarios y sus amigos y familiares se despidieron de él.

En búsqueda de soluciones

Los médicos le indicaron que su cuerpo no podía soportar más el tratamiento. Con esta noticia y sabiendo que no habían fármacos ni pistas prometedoras para una cura, se dispuso a comprender su enfermedad y a buscar una solución a su situación.

Fajgenbaum investigó sobre sus propios síntomas e hizo experimentos con sus propias muestras e identificó un medicamento que podría ayudar, el Sirolimus, un fármaco utilizado para evitar el rechazo de órganos en pacientes con trasplante de riñón.

Fajgenbaum insistió a sus médicos para ser su propio sujeto de prueba y comenzó a tomar el medicamento en febrero de 2014, fecha desde la que se mantiene estable. Simultáneamente fundó la Red Colaborativa de la Enfermedad de Castleman, una iniciativa global dedicada a la lucha contra la enfermedad.

"Aprendí tanto de mi propia experiencia, de estos altibajos de la lucha contra la enfermedad de Castleman que quiero poder compartir mi historia con otros. No tienen que pasar por los mismos altibajos. No les tienen que leer sus últimos ritos", asegura para ABC.

Hoy, después de cinco años de encontrarse en remisión, ha plasmado su experiencia, su notable recuperación y el duro camino por el que ha pasado en su libro 'Chasing My Cure: A Doctor's Race to Turn Hope into Action' ('Persiguiendo mi cura: la carrera de un médico para convertir la esperanza en acción').

Fuente: Actualidad RT

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