El hecho se produjo en abril del 2020, pero recién este jueves se conoció la sentencia a la mujer de 31 años. Ella mencionó que salió de su casa en Bolivia y al regresar su hija ya estaba muerte. Pero en realidad la historia escondía algo más oscuro. 

Fue el padre de la niña quien dio aviso a las autoridades sobre lo que paso. Cuando llegaron comenzaron la investigación de rigor. Fue en la autopsia reveló que falleció por una asfixia mecánica y que presentó "obstrucción de vías aéreas inferiores por contenido gástrico". Tal indició llevó a que se dispararán las alarmas. 

Luego de ello, la madre de la menor  confesó que le había dado insecticida y que luego manipuló la escena para hacer parecer que se trataba de un suicidio. Posteriormente, determinaron que la mujer había matado a la niña porque tenía temor de que le contara al padre sobre su infidelidad.

De esta manera, la mujer deberá pasar 30 años en prisión por el asesinato a su propia hija.