'Mis amigos llegaron anoche para ir luego a la playa. A las 21 estaba con ellos en el edificio y a las 1 se cayó abajo', contaba esta mañana Rodrigo mientras aguardaba noticias de sus conocidos en los alrededores del edificio que se derrumbó en Miami. Fue una vecina quien le confirmó al hombre que algo pasaba en el inmueble siniestrado. 'Tenemos que confiar en los rescatistas', agregó el hombre. 

'Nos dijeron que se trata de un problema por defectos estructurales', confió el hombre en diálogo con el canal de noticias TN. De acuerdo a su testimonio, el garaje del edificio estaba inundado hacía un tiempo, pero el inmueble 'estaba en condiciones'. Rodrigo contó que estuvo en contacto con los artistas Gimena Accardi y Nicolás Vázquez, que se estaban hospedando en uno de los departamentos del inmueble siniestrado. 

'Nico alcanzó a subirse al ascensor cuando sintieron un ruido, entonces Gimena le dijo que saliera ella. Ella tiene un chichón en la cabeza, pero están bien, deben estar descansando ahora', relató el hombre. Minutos antes, la pareja había estado en el subsuelo del edificio para estacionar su auto. Esta madrugada, un fuerte estruendo sorprendió a los habitantes de la ciudad estadounidense de Miami. 

Un edificio de doce plantas se derrumbó parcialmente entre las calles 88 y Collins Avenue, en Surfside, cerca de Miami Beach. El inmueble forma parte del complejo Champlain Towers. De acuerdo a la primera información de los socorristas, una mujer murió y nueve personas fueron rescatadas de los escombros y trasladadas con heridas de distinta consideración a un hospital cercano. Más de 80 dotaciones de bomberos trabajaban en la operación de búsqueda y rescate. 

Desde Cancillería confirmaron a LA NACION que diez argentinos que estaban en el lugar se encuentran desaparecidos. Nicolás Patoka es propietario de dos unidades en el inmueble que colapsó y esta mañana esperaba por noticias de sus conocidos argentinos que residen en el lugar. 'Hay amigos personales de los que aún no sabemos nada', dijo en diálogo con Radio Metro. 

Esta mañana, el joven se acercó hasta el lugar por el lado de la playa y se encontró con el peor de los escenarios: 'Hay una parte del edificio que no existe más'. Patoka estuvo en contacto con otros argentinos que sí pudieron salir del inmueble. 'Gracias a Dios salieron a tiempo. Describieron lo que ocurrió como si hubiera sido un terremoto, una explosión gigante', contó el hombre.

'El polvo llegó desde el mar hasta la bahía', relató, sorprendido. Su mamá lo llamó desesperada en la madrugada para ponerlo al tanto porque aún no se había enterado del incidente. 'Estoy sin dormir a la espera de novedades. No contestan al teléfono, los celulares deben haber quedado perdido en los escombros. Hay que esperar', agregó Patoka, esperanzado.