(Télam.com.ar) La noticia fue implícitamente confirmada por el expresidente colombiano Ernesto Samper, para quien la revelación no debe "sorprender”, y por el excomandante del Ejército del país sudamericano Manuel Bonnet, quien aseguró que "no es un tema nuevo”.

El programa encubierto de combate a las FARC fue autorizado en 2000 por el entonces presidente, George Walker Bush, y continuó con su sucesor a partir de 2009 y actual mandatario, Barack Obama, afirmó el Post.

La iniciativa contó con un presupuesto multimillonario al margen de los 9.000 millones de dólares que, también a partir de 2000, Estados Unidos brindó al país sudamericano mediante el Plan Colombia.

Además de la CIA, formó parte del programa la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuestionada en los últimos meses por haber espiado a gobiernos y ciudadanos de gran parte del mundo, según reveló su excontratista Edward Snowden.

El diario basó su informe en entrevistas a más de 30 funcionarios estadounidenses y colombianos, tanto de las actuales 

administraciones como de anteriores, y la mayoría de los entrevistados declaró bajo la condición de que se mantuviera su anonimato, recogieron las agencias de noticias ANSA, DPA y EFE.

La ayuda secreta de la CIA estaba dirigida a combatir no sólo a los cabecillas de las FARC sino también a los del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo guerrillero de Colombia, según el periódico.

El plan consistía en "un seguimiento en tiempo real” de los jefes guerrilleros y "a partir de 2006 se convirtió en una herramienta particularmente eficaz para matarlos”, sostuvo el Post.

De acuerdo con el informe, se utilizaron bombas inteligentes guiadas por un sistema de geolocalización (GPS), "capaces de matar a una persona en la selva” luego de determinar su ubicación exacta.

El periódico afirmó que de ese modo se produjo la muerte del número dos de las FARC, Luis Devia, alias Raúl Reyes, en marzo de 2008, durante un bombardeo de tropas regulares colombianas a un campamento del grupo guerrillero instalado en territorio de Ecuador, cerca de la frontera con Colombia.

Esa operación, en la que murieron al menos otras 24 personas, causó la reacción del gobierno de Ecuador, que no había sido avisado, y resolvió romper la relación diplomática con Colombia, cuyo ministro de Defensa era entonces el actual presidente, Juan Manuel Santos.

The Washington Post aseguró que ese programa secreto en Colombia es una de las mayores operaciones encubiertas de inteligencia desarrolladas por Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

"No creo que nos deba sorprender”, opinó Samper, quien gobernó Colombia entre 1994 y 1998, en declaraciones a la radio Caracol.

"Si ya todos los países, inclusive los mejores aliados de Estados Unidos, como Alemania e Inglaterra, aparecen chuzados (intervenidos) por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, pues nosotros qué podemos esperar para un país como Colombia”, agregó el exmandatario.

En tanto, el general retirado Bonnet, que comandó el Ejército durante la gestión presidencial de Samper, aseguró que lo publicado hoy por The Washington Post "no es tema nuevo”.

"Siempre ha habido una relación muy estrecha con la inteligencia americana, ya que los intercambios de información son frecuentes para un lado y para el otro, porque así es como se opera”, dijo Bonnet a la radio RCN.

Por otra parte, el representante (diputado) izquierdista Iván Cepeda sostuvo que es necesario investigar el hecho y reclamó que el gobierno explique las intervenciones de Estados Unidos en Colombia en materia de seguridad.

"Nosotros, desde la Comisión Segunda (de relaciones exteriores) de la Cámara, pediremos explicaciones al gobierno en relación con qué clase de información han tenido respecto de estas intervenciones”, advirtió Cepeda.