El Papa Francisco pasó una noche “tranquila” y continúa “descansando”, según informó la Santa Sede este sábado, en su día 23 de internación en el hospital Gemelli de Roma. El pontífice, de 88 años, permanece bajo observación por una neumonía bilateral y complicaciones pulmonares.

Según el comunicado matutino del Vaticano, la evolución del Papa es monitoreada con cautela. Su estado sigue siendo “estable dentro de la complejidad”, aunque los médicos mantienen un pronóstico reservado. El viernes, la Santa Sede decidió no publicar un boletín médico detallado, lo que aumentó la incertidumbre sobre su recuperación.

A lo largo de la semana, Francisco sufrió dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, lo que obligó a utilizar ventilación mecánica no invasiva. Actualmente, recibe oxígeno a través de una cánula nasal durante el día y ventilación asistida solo por las noches.

La salud del pontífice genera preocupación debido a su historial médico. En su juventud, le extirparon parte de un pulmón, lo que lo hace más vulnerable a afecciones respiratorias. En los próximos días, se espera que el Vaticano brinde más detalles sobre su evolución.