(TÉLAM) El primer ministro de Australia, Tony Abbott, se mostró esta mañana confiado en que encontrarán las cajas negras del Boeing 777-200 perdido, pero advirtió de que aún puede pasar "mucho tiempo".

"Al mismo tiempo que tenemos gran confianza en que las transmisiones que hemos registrado provienen de las cajas negras del vuelo MH370 (...) tratar de localizar algo en las profundidades del océano, a miles de kilómetros de tierra, es una tarea ardua", dijo Abbott en rueda de prensa en Pekín, donde se encuentra de visita.

Los expertos que determinan la estrategia de búsqueda volvieron a reducir la zona de rastreo para la jornada de hoy y seleccionaron unos 41.393 kilómetros cuadrados situados a 2.331 kilómetros al noroeste de Perth, la capital del Estado de Australia Occidental, especificó la agencia EFE.

Este viernes se examinó un área de 46.713 kilómetros cuadrados a 2.312 kilómetros al noroeste de Perth.

Nueve aviones militares, uno civil y 14 buques participan en las operaciones de hoy.

El buque australiano Ocean Shield continuó con su objetivo de rastrear las cajas negras con el localizador que lleva a bordo, con la esperanza de volver a reconectar con las señales que captó el 5 y 8 de abril.

"Los AP-3C Orion proseguirán con el barrido acústico, en colaboración con Ocean Shield. El buque oceanográfico (británico) HMS Echo está también trabajando en el área con Ocean Shield", detalló el Centro de Coordinación.

El objetivo es delimitar y reducir la zona de búsqueda marina lo más posible antes de enviar un sumergible, y se trabaja contrarreloj porque la batería de las cajas negras dura en general unos 30 días, plazo que venció el lunes pasado.

Los aviones comerciales tienen dos cajas negras, que en realidad son de un color rojo anaranjado, una que registra los datos técnicos del vuelo como velocidad y altitud, y otra que graba las conversaciones. Ambas relaciones permitirán a los expertos esclarecer qué sucedió con el avión de Malaysia Airlines.

El vuelo MH370 había despegado de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Pekín en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después de despegar.

Viajaban a bordo 153 chinos, 50 malasios, siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que utilizaron los pasaportes robados a un italiano y un austríaco.

El diario malasio New Straits Times informa hoy de que, según fuentes próximas a la investigación que no cita, el copiloto, Fariq Abdul Hamid, intentó hacer una llamada desde el avión.

El registro del número de teléfono de Fariq, quien cumplió 28 años el pasado 1 de abril, muestra que apagó el aparato antes de despegar.

"No obstante, cuando el avión estaba en el aire, entre las torres de Igari y Penang, la línea fue restablecida", sostuvieron las fuentes al rotativo.