California enfrenta uno de los peores incendios forestales de los últimos años. Las llamas arrasan con todo a su paso, obligando a miles de familias a evacuar. José Aguirre, un ingeniero de software sanjuanino de 35 años que se mudó a Sacramento hace siete años en busca de nuevas oportunidades laborales, brindó detalles a Diario 13.

“Todo empezó el martes a la tarde. Vivo a unos kilómetros de donde se originaron los incendios, pero nunca imaginé que las llamas llegarían tan rápido. Cuando volví del trabajo, el cielo estaba teñido de naranja y el aire era irrespirable. Poco después, llegaron las alertas de evacuación, y ”, relató José, quien vive con su esposa e hijo pequeño.

Apenas pudieron ponerse a salvo, , para avisarles que estaban bien. “Mis papás y hermanos estaban muy preocupados. Ellos habían visto las imágenes del incendio en la televisión y enseguida intentaron comunicarse conmigo”, explicó.

Actualmente, José y su familia se encuentran en un centro de evacuados en la zona de Manhattan Beach, junto a otros cientos de personas. “El calor se siente a la distancia, y . A pesar de estar seguros, no dejamos de pensar en qué habrá pasado con nuestra casa, cuando pasan estas cosas uno sabe que el fuego no perdona”, afirmó.

José explicó que , pero este año las condiciones climáticas extremas agravaron la situación. “La sequía, las altas temperaturas y el viento hacen que sea casi imposible controlar el fuego. Los aviones y helicópteros apenas pueden operar porque las condiciones son muy peligrosas”, comentó.

José llegó a Estados Unidos en 2017, cuando una empresa de Silicon Valley lo reclutó como desarrollador de software. “La idea era buscar nuevas oportunidades y construir una vida con mi familia. Nunca imaginé que íbamos a vivir algo así, confesó.

Aunque está agradecido por las oportunidades que encontró en Estados Unidos, José extraña profundamente su San Juan natal. “. Mi familia está allá y estar tan lejos en momentos como este te golpea emocionalmente. Pero acá están las oportunidades laborales que necesitábamos”, señaló.

Mientras espera noticias sobre el estado de su vivienda, José y su familia intentan mantenerse unidos. “En el refugio, todos tratamos de ayudarnos. Compartimos lo poco que tenemos y apoyamos a quienes están pasando por lo mismo. Es lo único que nos queda mientras esperamos que pase el fuego”, finalizó.