Este miércoles, un relevamiento clave sobre el impacto de las lluvias recientes en Valle Fértil dejó un sabor amargo entre los vecinos. Según el corresponsal Diego Pérez, a pesar del temporal que azotó la zona, el caudal del dique San Agustín sigue siendo preocupantemente bajo.  

Pérez expresó: “El agua potable estamos bien, se solucionó con las obras que hizo el Gobierno de la Provincia. Hoy tenemos agua potable en San Agustín y también en Azteca, donde había un problema grave. Se hizo una obra importante con la conexión, y ahora tienen agua potable”. Sin embargo, la situación cambia al hablar del agua para los ríos y el entorno natural.  

“Acá, cuando llueve y se escucha el ruido de la creciente, todos salimos al río para ver. Pero esta vez no hubo la cantidad de agua que esperábamos,” lamentó Pérez. Agregó que la creciente que llegó desde la sierra de Chávez se quedó a unos siete kilómetros de San Agustín, en una zona conocida como La Majada. “El agua se filtra en el camino, y eso es lo que preocupa. Ayer fuimos al dique y vimos que apenas había agua, y hasta se veían cabras en el lugar. Es alarmante porque refleja la bajante.”  

Pérez explicó que, “Estamos esperanzados en que lleguen grandes lluvias pronto. Esto no solo afecta el ambiente, sino también a las actividades turísticas, como el Safari que comienza el 7 de enero con motos y el 14 con autos. Tener un río seco no es lo ideal,” comentó.  

Además, planteó la necesidad de tomar decisiones políticas para enfrentar la crisis hídrica: “Debería haber un reservorio para animales y productores. Creo que se podrían construir pequeñas represas o un dique más abajo para contener el agua y evitar que se filtre antes de llegar a la villa y las zonas bajas,” concluyó Pérez.  

El panorama en Valle Fértil refleja un desafío para las autoridades locales y provinciales, quienes deberán considerar soluciones estructurales para garantizar el acceso y aprovechamiento del agua en el futuro.