Héroes: el sentido relato de 2 sanjuaninos sobrevivientes del Belgrano
Dos veteranos de Malvinas pasaron por los estudios de Canal 13 y contaron sus experiencias de esas interminables horas de naufragio y resistencia para sobrevivir.
El hundimiento del Crucero Ara General Belgrano es un dolor argentino que hace unos días cumplió 40 años. José Díaz y Hugo Perea, dos sobrevivientes de aquella tragedia nacional se sentaron en la mesa de Paren las Rotativas y con sentidas anécdotas retrataron lo que fueron esas horas de angustia y desconcierto, en la cual salvaron a compañeros de quemarse vivos, naufragaron por largas horas y le pidieron a Dios que los salve.
Los veteranos de la Guerra de Malvinas comentaron en Canal 13 que los soldados que salieron a navegar fueron 1093, entre los que se encontraban dos civiles, hermanos santiagueños, que tenían una cantina en el crucero y que fueron invitados a abandonarlo cuando empezó la guerra, pero ellos quisieron viajar de todos modos.
También contaron que el barco no estaba al 100% de sus condiciones para realizar la misión y afrontar una guerra, pero las ordenes fueron que salieran y así zarparon. Ambos sanjuaninos estaban de turno en los momentos del ataque y sufrieron despiertos el comienzo de los ataques que terminaron hundiendo el ARA.
‘Escuchamos un golpe enorme, el barco se levantó y salimos a mirar. Notamos que eran tres submarinos que nos atacaban’, contó José. Por su parte, Hugo contó que en el momento hubo mucho desconcierto, y entre ese bullicio post-ataque paso un compañero prendido fuego, al cual con una colcha le apagaron las llamas y lo asistieron. ‘Yo estaba a cargo de todos y bajé, levanté la escalera, había fuego y humo en los dormitorios’, rememoró.
‘La parte de la proa del torpedo estaba rota, algunos estaban prendidos fuego y los ayudábamos a apagar’, recordó José. ‘El barco medía 180 metros de largo y se movió como cuando chocan dos vehículos. Se cortó la luz y nosotros queríamos salir, pero las salidas eran chiquitas, por lo que yo no salí hasta que agarré mantas y cubrí a mis compañeros que estaban lastimados y semi desnudos porque estaban durmiendo cuando todo ocurrió'.
Luego vendría el momento del naufragio en los botes. Cada uno en un bote distinto. Hugo estuvo 32 horas hasta que lo rescataron a él y sus compañeros, mientras que José lo hizo por 36. En ambas precarias embarcaciones venían más personas que las debidas, porque muchos de los botes se hundieron tras el ataque.
José rememoró cuando a un compañero, en pleno naufragio empezó a descontrolarse debido a lo hostil de la situación. ‘Le pegamos un par de cachetadas y se le pasó, pero debatíamos en si teníamos que pegarle un tiro o tirarlo del bote’, detalló.
Hugo aseguró que ‘Si no hubiese sido por Dios no estaríamos acá’, aferrándose a su fe para explicar por qué sobrevivieron, cuando muchos de sus compañeros no pudieron hacerlo.