El miércoles 1 de junio no es un día más para los hinchas de la Selección Argentina. La Scaloneta, con Messi a la cabeza jugarán contra Italia la primera edición de la Finalíssima, que además de una copa hermosa, para el ganador le sumará una estrella más.

Palpitando el encuentro que se disputará en el mítico Estadio de Wembley desde las 15:45 (hora argentina), en la madrugada de Londres (1:40), Jorge Miadosqui, secretario de selecciones contó en Paren las Rotativas (Canal 13) cómo está el espíritu de los dirigidos por Scaloni. ‘Para ellos no es un amistoso, la quieren ganar’, aseguró desde el hotel de Watford donde la Albiceleste concentra.

Esta primera edición de la Finalísima tiene a Argentina como campeón de América y a Italia como campeón de Europa. Por tal motivo, su importancia supera ampliamente la de un encuentro amistoso. ‘Los muchachos están tranquilos, cada día juegan mejor y eso enamora a los argentinos. Para ellos, este partido es especial porque es un rival de peso, por ser de Europa, y porque no lo toman como un amistoso’, sostuvo el presidente de San Martín.

Es tanto el amor que ha logrado despertar esta selección desde la obtención de la Copa América, que en las últimas horas los argentinos coparon Londes, haciendo un banderazo en la capital inglesa, para ponerle el tradicional calor criollo, hacer sentir a los jugadores el aliento y tomar la ciudad para que el día de la final sea una fiesta argentina en donde se sienta local.

Tanto es la ansia y locura de los hinchas por la Scaloneta frente a Italia, que de las 90 mil localidades que tiene el Estadio de Wembley el público argentino compró 60 mil. El restante quedará para los hinchas de la Azzurra y los neutrales que no querrán perderse un partido con tantas figuras mundiales.

Acerca del mítico estadio donde Maradona casi adelanta el gol del siglo a los ingleses, Miadosqui contó que está totalmente maravillado por su calidad y porque parece prácticamente una ciudad por dentro’. Además, dejó una perlita para enardecer el orgullo de los verdinegros, contando que habrá una bandera de San Martín entre los miles de almas que copen la imponente catedral del fútbol mundial.