En un operativo de rutina de la Policía de San Juan para preservar la seguridad en un barrio de Rawson y zonas aledañas, personal de la Subcomisaría Buenaventura Luna procedió a la detención de un adolescente, quien al verse sorprendido por uniformados, se deshizo de un objeto que fue observado por los efectivos y en una corta persecución el joven fue atrapado. Lo que había arrojado era un revólver, considerado un arma de guerra. 

Este muchacho estaba en compañía de otros jóvenes, los cuales ya habían sido denunciados por vecinos porque al parecer habían cometido algunos robos menores en la zona y por ello los efectivos de la subcomisaría jurisdiccional habían sido convocados en varias ocasiones, lo que motiva que se realicen operativos de seguridad y prevención a diario. El procedimiento ocurrió en la jornada de este lunes en horas de la tarde.

Se produjo en el interior del barrio Buenaventura Luna, también conocido como Vidart y 5, en el límite de los departamentos Rawson y Pocito. Al verse sorprendido por los efectivos policiales, que estaban de recorridas, el muchacho arrojó el revólver y salió corriendo junto a sus amigos, pero los policías que salieron en su persecución porque él fue quien arrojó el arma, lo atraparon a escasos 100 metros. 

El arma secuestrada es un revólver calibre 38, marca Colt, en perfectas condiciones, el cual tenía en su tambor dos municiones. El arma es considerada de guerra y presenta buena apariencia. Por ello, las autoridades policiales de la subcomisaría la enviaron a la sección Criminalística para que los especialistas determinen si está apta para el disparo. El menor detenido vive en el barrio Buenaventura Luna. 

Tras ser identificado y conocida su edad, fue puesto en conocimiento su detención al Juzgado de Menores de turno, desde donde fue ordenado que le notifiquen del hecho al cual está vinculado, que es tenencia ilegal de arma de fuego y posteriormente sea entregado a sus progenitores. En dicho procedimiento también fue secuestrada una bicicleta que quedó en el lugar tras la persecución del menor y secuestro del arma.

El rodado no fue reclamado por nadie y por ello los efectivos la trasladaron a sede policial. Momentos después el propietario a quien se la habían sustraído, pasó por la subcomisaría y la reconoció como de su propiedad y la Justicia hizo entrega inmediata. A pesar, que la bicicleta quedó en el lugar cuando ese grupo de jóvenes huyó de la Policía, no se pudo vincular al menor detenido al presunto robo del rodado.