Saltando y cabeceando. En dos meses, Marcelo Orrego tendrá que hacerle frente a los sindicatos docentes y no docentes, en la paritaria previa al inicio del ciclo lectivo. Será una negociación áspera, a juzgar por el anticipo que dejó el futuro Jefe de Asesores del Gobernador, Rodolfo Colombo

El principio es sencillo: en tiempo de vacas flacas, todos tendrán que hacer un esfuerzo. Es decir, bajar las pretensiones.

Orrego enfrentará el 2024 con mal pronóstico. No se trata de la profecía de un gurú de ocasión sino del anuncio que hizo el presidente electo Javier Milei. La estanflación garantizará el alza de precios constante y la caída de la recaudación. 

Atender los reclamos sin recursos suficientes será el primer test político en serio para la nueva gestión. 

Este miércoles en Banda Ancha, Colombo debutó como amortiguador de estos conflictos. Es el rol que le asignó Orrego, cuando lo nominó como Jefe de Asesores. La etiqueta del cargo puede significar poco para el ciudadano alejado de la arquitectura del poder. Pero hacia adentro del gobierno debería funcionar como un articulador permanente, un facilitador en medio de la tempestad.

Colombo tiene el cuero curtido por las batallas políticas libradas a lo largo de dos décadas (un poco más también). Ya fue subsecretario de Trabajo y Ministro de Gobierno durante la gestión de Alfredo Avelín, a principios de este siglo, en un contexto de alta convulsión social. Mucho peor que el actual.

El fundador de ACTUAR regresará a la función pública este domingo, cuando preste juramento en el Teatro del Bicentenario. Que Orrego lo pusiera a su lado, implica que cuenta con su experiencia para afrontar los días por venir. Si se cumple el pronóstico de Milei, el 2024 debería ser el año más difícil de todos. Luego llegaría el alivio. Pero habrá que pasar la tormenta.

Sergio Uñac tuvo varios momentos de tensión a lo largo de sus dos mandatos. Seguramente el más recordado será la protesta de docentes autoconvocados. Mientras la paritaria acordaba a puertas cerradas, una columna de entre 5.000 y 6.000 personas se movilizaba espontáneamente en las calles. Hubo paro sin sindicatos. Fue histórico. Inédito en los 40 años de democracia.

Desactivar ese movimiento disidente, informe y sin conducción, tuvo un alto costo para el gobierno uñaquista en términos políticos pero fundamentalmente en materia económica. San Juan quedó entre las provincias que mayor recomposición salarial otorgó a sus estatales y fue una conquista de los docentes autoconvocados.

Una parte de estos manifestantes de guardapolvo blanco acompañó a Orrego en la campaña de 2023. La incógnita para las próximas semanas es si le darán un margen de tolerancia al gobernador de Juntos por el Cambio, pagando el costo de una pérdida de poder adquisitivo que parece inevitable en el marco de la austeridad.

Colombo hizo un fuerte llamado a la 'madurez' este miércoles en Canal 13. Les habló específicamente a los sindicatos. 'Tendremos que acomodarnos o la sociedad nos va a pasar factura, primero a ellos y después a nosotros', advirtió el futuro Jefe de Asesores.

Si el humor social está al límite, nadie puede considerarse a salvo de la amenaza. En la bolsa entran también los sindicatos. Los secretarios generales pagaron muy caro el dialoguismo con el gobierno de Uñac. Le costó la derrota al titular de UDAP, Luis Lucero, por ejemplo. ¿Hay margen para que las nuevas conducciones gremiales sean amigables con Orrego?

Para Colombo la respuesta está en el contexto. Bajo su perspectiva, la realidad del país cambió y viene una época distinta tanto para hacer política como para gestionar. Reclamó responsabilidad en cada estamento porque es lo que la sociedad está demandando. Es lo que él denomina 'estar a la altura de las circunstancias'.

El sayo les cabe a los diputados de la mayoría justicialista, a los intendentes que no comparten espacio político con Orrego y a los sindicatos también, de acuerdo a la enumeración que hizo el Jefe de Asesores.

A los sindicatos además les achacó ser parte del gobierno que hoy se está yendo. 'Eso es un secreto a voces', dijo Colombo. El buen entendedor no necesitará mayor explicación. Para el resto, basta con aclarar que todo secretario general pintado para la guerra será tachado de kirchnerista.

Habrá aumento de salarios, pero encontrar el parámetro de equilibrio será difícil. Primero, porque Milei podría gobernar con una prórroga del Presupuesto 2023. En tal caso, no habrá una estimación de recursos sobre la cual diseñar la administración. El combo de inflación con caída de la actividad siempre será atemorizante.

Por lo tanto, el tenor del primer discurso de Orrego este domingo resultará clave para entender cuál es su hoja de ruta, en un contexto de muchas suposiciones y pocas certezas.

El siguiente paso clave será conocer la ley ómnibus que mandará el presidente Milei al Congreso, para valorar hasta dónde llegará la motosierra y hasta dónde habrá alguna cuota de moderación.

De ahí en más, la gente tendrá la palabra.


JAQUE MATE