¿Y si hubiera un tapado en el PJ?
Uñac por un lado, Gioja por el otro, dos corrientes bien visibles para el 2023. Pero empieza a correr una nueva versión que por ahora es solo eso. Por ahora.
Es tan inconfesable la idea que solo pudo decirse con el resguardo del off the record: hay un sector del justicialismo que tiene relación directa con el uñaquismo y buen diálogo con el giojismo, que empieza a considerar la posibilidad de una tercera columna en la contienda de 2023. Sería siempre dentro de la sumatoria del Sistema de Participación Amplia y Democrática o SIPAD, la versión renovada de la vieja Ley de Lemas de los años '90.
¿Qué es? Eso simplemente, una idea. Sin embargo, la experiencia indica que cuando las ideas circulan y llegan hasta la prensa es porque llevan un tiempo caminando y madurando. Dicho de otro modo: cuando el río suena, agua trae. El saber popular tiene esa virtud de explicar en pocas palabras lo que está pasando.
Hasta ahora hay dos corrientes internas bien definidas, inconfundibles: una es la que lidera Sergio Uñac y otra, la que encabeza el diputado nacional José Luis Gioja. Ahí podría agotarse la cuestión si no fuera que el nuevo sistema electoral habilita la inscripción ilimitada de candidatos. Para competir por la gobernación basta con llevar lista propia en 10 departamentos.
Quienes empezaron a deslizar la posibilidad de una tercera vía están pensando en captar los votos que por distintos motivos podrían escapárseles a Uñac y a Gioja. Si el SIPAD permite que todos los puntos se sumen recíprocamente, el razonamiento adquiere sentido. Sería abrir otra ventana para el mismo objetivo: retener el poder en 2023 luego de 20 años ininterrumpidos de PJ en Paula y Libertador.
Los análisis se alimentan de lo sucedido en las elecciones de 2021. Juntos por el Cambio quedó prácticamente empatado con el Frente de Todos, paridad que nunca había alcanzado en las últimas dos décadas. Esa luz amarilla forzó a repensar estrategias. Una de las líneas de análisis se permitió dibujar un escenario donde el PJ tal vez deba presentar una tercera alternativa. Tal vez.
La sola mención de esta hipótesis es desafiante. Mucho menos podría alguien ensayar nombres. Primero, porque es prematuro. En términos relativos, falta bastante todavía para encarar el año electoral. Segundo, porque las fidelidades están puestas a prueba constantemente. Cualquier movimiento de esta naturaleza podría ser interpretado como una infidelidad. O una conspiración. No es el caso.
Cabe abrir un paréntesis para aclarar que este borrador no involucra al Frente Renovador de Franco Aranda. La construcción del exintendente de Capital circula por otro andarivel. La estrategia de jugar con una tercera corriente aparte del uñaquismo y del giojismo está subordinada al interés de conservar el poder. No desplazar al gobernador.
Aunque parezca contradictorio, tiene sentido. Abrir esa otra corriente permitiría sumarle votos a Uñac, si finalmente fuera candidato. Entienden que el gobernador sigue siendo el favorito. Por lo tanto, el resto de los sublemas o subagrupaciones le tributarían su caudal para imponerse sobre Juntos por el Cambio. Sobre Marcelo Orrego, concretamente.
La primera definición, en todo caso, será la de Uñac. De él dependerá embarcarse o no en otra candidatura a gobernador sabiendo de antemano que tendrá que defenderse en la Justicia porque hay varias amenazas de bloquearle la postulación. El giojismo, en boca del diputado Juan Carlos Gioja, y Juntos por el Cambio también, anticiparon su objeción.
Le cuentan a Uñac como primer mandato aquel que desempeñó como vicegobernador entre 2011 y 2015. Por ese motivo interpretan que en 2023 estará cumpliendo el tercer y último periodo constitucional. Por supuesto en Casa de Gobierno rechazan esta lectura y cuentan desde que asumió al frente del Poder Ejecutivo el 10 de diciembre de 2015.
En un mismo combo, Uñac tendrá que sopesar esa pulseada judicial además del contexto político para lanzar su nueva reelección. Por el momento se percibe una clara intención de avanzar. Lo dijeron esta semana en Banda Ancha primeras figuras del PJ local, como el ministro de Gobierno, Alberto Hensel, y el intendente de Chimbas, Fabián Gramajo.
El ministro Hensel se mostró sorprendido ante la consulta periodística, sobre si podría él mismo ser candidato a gobernador el año que viene. Dijo que están trabajando por la continuidad de Uñac. Al mismo tiempo buscó por enésima vez bajarle el tono a la confrontación con Gioja. Hace rato que está militando en las juntas departamentales y unidades básicas la reivindicación de ambas gestiones, desde 2003 a la fecha.
Gramajo también defendió la posible reelección de Uñac. Reconoció que hay dos bibliotecas jurídicas, pero aseguró que él está parado en la que habilita al gobernador a ir por otro mandato. Sin embargo, alentó la participación de Gioja con vehemencia. 'Creo que José Luis tiene que ser candidato a gobernador', dijo el chimbero.
En la naturaleza del sistema de lemas o SIPAD, mientras más potencia tengan los candidatos del mismo frente electoral, más posibilidades habrá de retener el poder. Después se verá quién empuja a quién. Quién se corona primero y recibe el caudal de los otros que estaban en carrera.
Hensel y Gramajo, pero otros dirigentes importantes también, como el intendente de San Martín, Cristian Andino, y el ministro de Desarrollo Humano, Fabián Aballay, fueron medidos en encuestas hace rato. Como ya se mencionó en Banda Ancha, están en boxes. Están preparados para jugar si fuera necesario. Sin embargo, siempre se consideró que la primera condición debía ser que Uñac no pudiera o no quisiera competir. Entonces sí, en ausencia de Uñac se abría el espacio para el resto.
En un mar de conjeturas, ahora trascendió este otro ensayo: la chance de que aparezca una tercera vía, que funcione como colectora estratégica, que tribute a la continuidad del proyecto. ¿Suena descabellado? Para algunos, ya no.
JAQUE MATE