El candidato a senador orreguista, Emilio Achem, defendió a Patricia Bullrich tras el primer debate presidencial. Pero hizo un sutil reconocimiento a Sergio Massa, sin ahorrar críticas al descalabro inflacionario tampoco. En cambio, no tuvo ni un solo concepto positivo para Javier Milei. ¿Y si Pato quedara afuera del ballotage? ¿A quién apoyaría el gobierno sanjuanino electo? Ni Pity la numeróloga podría hacer semejante predicción.

Plantear que Bullrich pueda quedar tercera y por lo tanto excluida de la segunda vuelta es un escenario posible, pero impensable para Juntos por el Cambio. Es un fantasma que algunos agitan desde afuera, pero en el espectro amarillo rechazan de arranque. Tienen razón en actuar de ese modo.

Suponer que su candidata presidencial lleva las de perder sería contraproducente. Todavía quedan 19 días para las elecciones y todo puede pasar. El affaire de Martín Insaurralde con Sofía Clerici sirve como ejemplo de ello. 

Pero las declaraciones de Achem ayer en Banda Ancha pudieron resultar muy sugerentes para anticipar escenarios. Apenas habían pasado algunas horas desde el debate en Santiago del Estero. El candidato a senador -politólogo de profesión- compartió su propio análisis en Canal 13. Dijo que la vio 'muy bien a Patricia en la espontaneidad de las respuestas'. Pero reconoció que Massa 'es muy buen orador y tiene muy buena cintura'.

El piropo para el ministro de Economía llegó en combo con la crítica, por supuesto. Por la estampida inflacionaria, por un lado. Por el 'plan platita', por el otro. Al orreguismo le quita el sueño la resta de recursos coparticipables por la eliminación de Ganancias y la devolución del IVA.

Aún así, hubo elogio para Massa. Vale anotarlo en borrador, al margen. Puede servir más adelante. Sobre todo, dado el contraste con Milei. Achem dijo que el libertario estuvo 'demasiado controlado' y dio la sensación de que 'lo couchearon bien'. En otros términos, lo vio artificial. Acomodado para la situación.

La hipótesis de máxima de Orrego es contar con una presidenta de su mismo color político. Es decir, Bullrich. Pero nada indica que pueda contar de antemano con ese resultado. Es algo que, en voz baja, viene debatiendo el arco nacional/porteño de Juntos por el Cambio.

Según Milei, Patricia se está derritiendo 'como un helado'. Es decir, su intención de voto está cayendo en beneficio del candidato libertario. Por supuesto que fue una declaración interesada. La pronunció el sábado por la noche en una entrevista con Alejandro Fantino.

Milei y su armado se ilusionan con dar el batacazo en primera vuelta. Liquidar todo el 22 de octubre. Pero también consideran tener que medirse con Massa en el ballotage. Es el mismo escenario que alientan desde Unión por la Patria.

¿Qué haría Juntos por el Cambio si quedara excluido de la segunda vuelta? La pregunta tabú está presente en los análisis. Debe estarlo, porque figura en la curva probabilística. Según el periodista Ignacio Fidanza, Horacio Rodríguez Larreta y los dirigentes radicales aliados como Martín Lousteau rechazan acompañar a Milei aunque se los pida Mauricio Macri. 

Esa postura, cocinada off the record, conlleva el apoyo a Massa. De manera implícita. Vale igual. Habrá algo de efecto residual de la agresiva y desgastante interna contra Patricia en ese razonamiento. Pero también está sobre la mesa el ofrecimiento del tigrense de incorporar dirigentes de todo el arco político para conformar su gobierno. Volvió a repetirlo el domingo delante del atril.

¿Qué haría Orrego como gobernador electo si tuviera que optar entre Massa o Milei en segunda vuelta? ¿Jugaría a la neutralidad? Tal vez. No fue lo que sucedió en 2015. Hace ocho años el conductor de Producción y Trabajo era Roberto Basualdo. Para la elección presidencial acompañaron a... ¡Massa! Pero cuando el líder del Frente Renovador se quedó fuera del ballotage, adhirieron a la candidatura de Macri.

Desde entonces quedaron acoplados formalmente con esa alianza del PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Militaron por la reelección de Macri en 2019. Y mantuvieron la conducta opositora durante los cuatro años de Alberto Fernández. Ahora el horizonte se presenta incierto.

A Orrego le tocará integrar un potente bloque de gobernadores cambiemitas. Además de San Juan, Mendoza y San Luis, estarán bajo el color amarillo Santa Fe, Chubut, Jujuy, Chaco y Corrientes. Además, muy posiblemente retengan Ciudad Autónoma de Buenos Aires y sumen Entre Ríos.

Todos ellos tendrán que tomar las riendas de sus respectivas provincias a partir del 10 de diciembre, sea quien fuere el interlocutor en la Casa Rosada. El panorama es complejo, gane quien gane este 22 de octubre o en segunda vuelta el 19 de noviembre. Pero las declaraciones libertarias en contra del régimen de coparticipación federal encienden todas las alertas.

Sería temerario decir que el orreguismo tendrá preferencia por Massa si la otra alternativa fuera Milei. Para hacer esa afirmación todavía quedan tres semanas por delante. Todo un enigma no apto para impacientes.


JAQUE MATE