Orreguistas y peronistas, sin brújula nacional
Uñac pasa cada vez más tiempo en Buenos Aires, al igual que Gioja. Ambos testean el ambiente de la interna grande. Juntos por el Cambio, en desguace.
Cuentan en el entorno de Sergio Uñac que pasa cada vez más tiempo en Buenos Aires. No es solamente por sus obligaciones en el Congreso. Está participando del entramado nacional que intenta reordenar el PJ tras el fracaso de Alberto Fernández y compañía. También José Luis Gioja viaja frecuentemente a la Ciudad Autónoma, por idéntica razón.
El arco peronista sanjuanino entró en una fase de exploración. ¿Dónde hay que anotarse? O, mejor dicho: ¿con quién hay que anotarse?
La búsqueda de una brújula nacional no es privativa de los justicialistas. También Marcelo Orrego tendrá que, eventualmente, encontrar su lugar en las ruinas de Juntos por el Cambio. El espacio amarillo quedó en situación de desguace. La alianza original entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica -a la que se integró Producción y Trabajo- hoy está guardada en la memoria.
Las internas explosivas son el factor común de uno y otro lado de la grieta. Tanto peronistas como orreguistas tendrán que fijar coordenadas para encarar el 2025 electoral.
La referencialidad nacional es un elemento central de la política y quedó demostrado el año pasado: Javier Milei, sin estructura, dejó a Orrego sin senador y al justicialismo le quitó una banca de diputado.
Emparentarse con una figura nacional puede significar el éxito o el fracaso de un candidato en San Juan. Los ejemplos son abundantes en los 40 años de historia democrática. El caso libertario es el más reciente y sencillo de identificar.
Como se viene exponiendo en esta columna de opinión, Uñac pretende que la interna peronista de San Juan se liquide el 11 de agosto. Quiere evitarse la dispersión que implicaría coincidir con la interna nacional del 17 de noviembre. Será muy difícil acordar una lista de unidad en la provincia. Pero será directamente imposible lograrlo cuando haya que anotarse en las múltiples corrientes que bajan desde Buenos Aires.
Gioja y los suyos están haciendo fuerza para llevar la interna provincial a la simultaneidad con la nacional. Ellos ya decidieron: están dispuestos a jugar con Axel Kicillof, según deslizó esta semana Facundo Perrone, miembro de la mesa chica del 'Flaco'.
Que el giojismo salga tan tempranamente a apropiarse de la representación local del gobernador bonaerense no les da exclusividad. En adelante Uñac también dirá lo suyo. Pero evidentemente ha resuelto esperar antes de sentar posición. El armado nacional está todavía en pañales. Y la metáfora es escatológica a propósito.
Uñac tiene un estrecho vínculo con los gobernadores peronistas y con los ex funcionarios de la gestión anterior. Comparte bloque con Wado De Pedro. Tuvo un gesto relevante con Cristina, cuando le entregó en bandeja la senaduría a la camporista Celeste Giménez Navarro, relegando a otras mujeres del justicialismo que la vieron pasar.
¿Todo esto quiere decir que Uñac va a anotarse donde diga el Instituto Patria? No. Es muy prematuro hacer semejante conjetura. Pero tampoco va a militar por Axel con el fervor que ya está exhibiendo el giojismo. Aclaración necesaria para aquellos que no siguen de cerca la comidilla política: Axel y La Cámpora se llevan pésimo, porque Axel y Máximo se llevan pésimo. Cristina se mantiene por encima. ¿Se mantiene por encima? ¿Hasta cuándo?
Una tormenta similar, aunque por razones diferentes, atraviesa Juntos por el Cambio. Al escuadrón amarillo que manejó la Casa Rosada entre 2015 y 2019 le quedan solamente los 10 gobernadores -entre ellos Orrego- y un número importante de legisladores nacionales para colaborar con Milei.
Mauricio Macri volvió a la conducción del PRO y sus diferencias con Patricia Bullrich escalaron hasta el límite de lo indisimulable. Hoy la ministra de Seguridad está abiertamente enfrentada con el diputado Cristian Ritondo, por el dominio del partido en provincia de Buenos Aires. La guerra ya no solo es entre los socios fundadores de Juntos por el Cambio sino entre los macristas de paladar negro. Halcones y palomas por igual.
¿Dónde se ubicará Orrego el año que viene cuando tenga que proponer diputados nacionales? Tendrá que renovar la banca que ganó Susana Laciar en 2021 y que actualmente ocupa María de los Ángeles Moreno. La expectativa mínima será retener ese voto valioso en el Congreso. La expectativa mayor sería ampliar la representación.
El gobernador podrá volver a imprimir su foto en la boleta, como lo hizo en 2023. ¿Pero qué simbología usará? ¿La de Juntos por el Cambio? ¿Acaso existirá tal cosa el año que viene?
Por supuesto, plantear estos interrogantes será considerado extemporáneo. A nadie se le ocurriría en el gobierno estar haciendo cuentas para el año que viene. Antes hay que gestionar en medio de una crisis de proporciones bíblicas. Pero sí. Más allá de las posturas oficiales y políticamente correctas, el GPS ya está buscando la ruta más conveniente.
Uno de esos caminos sería confluir con los libertarios. Pero que Javier y fundamentalmente Karina admitan a Orrego, es una novela que no se empezó a escribir.
JAQUE MATE