Andino marca territorio fuera de San Martín
El vice que no fue, estrechó lazos en Buenos Aires apostando a la victoria de Sergio Massa. Aún enlistado en el uñaquismo busca su silla en la próxima mesa chica del PJ.
Por primera vez en dos décadas, Cristian Andino no ocupará un cargo público a partir del 10 de diciembre. Se despedirá de la Municipalidad de San Martín sin haber podido acceder a la vicegobernación. Ese fue el costo personal de la derrota del 2 de julio, en su caso. Pero volver al llano no debería significar su evaporación política. Está marcando territorio para contrarrestar el riesgo de opacarse.
Un par de fotos acreditan sus movimientos. La semana pasada fue recibido por dos ministros del gabinete nacional: Gabriel Katopodis de Obras Públicas y Santiago Maggiotti, de Desarrollo Territorial y Hábitat. También pasó por la cartera que conduce Wado De Pedro, aunque ahí mantuvo contactos con segundas líneas. Tuvo un hilo conector institucional todo su itinerario. Pero no faltó la política.
¿Qué tanto podría gestionar para su municipio un intendente que está a 40 días de concluir su mandato? Claramente las conversaciones excedieron este brevísimo paréntesis que le queda por delante hasta entregarle las llaves de la intendencia a Analía Becerra.
En medio de los 'ismos' que empiezan a brotar en el seno del PJ, Andino entendió que no puede quedarse inmóvil. Caso contrario, correría con desventaja. Ya carga con un peso inevitable: su afiliación reciente. Para los más ortodoxos, la historia pesa. Sobre todo cuando hay muchas apetencias y pocos espacios disponibles.
El gramajismo ya tiene identidad propia. El intendente Fabián Gramajo, que también buscó convertirse en vicegobernador, construyó su estructura en toda la provincia. Viene dilatando la presentación en sociedad, pero ya cuenta con al menos un referente en cada departamento, bajo el sello de 'San Juan te quiero'.
El chimbero acompañó a José Luis Gioja en la primaria justicialista y eso le generó el rencor de los más cercanos a Sergio Uñac. Sin embargo, el cacique de la Avenida Benavidez se movió con prescindencia de esos recelos. Fue y volvió sin falsos pudores. Su departamento sigue siendo uno de los bastiones del voto peronista. Romper con él no es opción para nadie.
¿Es con Gramajo con quien Andino debe disputar políticamente? No en principio. Sin embargo, son dos dirigentes de la misma generación que terminaron muy involucrados en el proceso electoral de 2023. Pudieron provincializar sus nombres, aunque no les alcanzó para coronar la victoria. En espejo, los dos tienen aspiraciones de al menos estar en la mesa de la conversaciones futuras.
El que desaparezca ahora, no tendrá chances en 2027. ¿De verdad ya están pensando en la próxima elección provincial cuando Marcelo Orrego no asumió? La respuesta es sí. De eso se trata la política: si no hay vocación de poder, no funciona. El PJ está preparándose para sobrevivir antes de que le llegue la hora de la abstinencia.
El tour de Andino por Buenos Aires tuvo doble o triple lectura. Una de ellas es su apuesta a la victoria de Sergio Massa. Llegó a los despachos de Katopodis y Maggiotti con la candidatura a vicegobernador, compañero de fórmula de los hermanos Uñac, en su currículum vitae.
Nunca le faltaron vínculos propios con el gobierno nacional, incluso cuando estuvo Mauricio Macri en la Casa Rosada. Pero una cosa es llegar como intendente del interior profundo y otra muy distinta es hacerlo con las jinetas de referente provincial.
Entonces, afianzada esa conexión, ¿Andino podría tener un lugar en el gobierno nacional si ganara Massa el 19 de noviembre? Está en el plano de la especulación absoluta. Sin embargo, no habría que descartarlo. Por sobre todas las cosas, sería una manera concreta de permanecer en la consideración pública.
Pero también está la hipótesis de derrota para Unión por la Patria. Los más cautos todavía esperan el ballotage para contar voto por voto. La reciente alianza entre Javier Milei y Mauricio Macri fue anotada como una estrategia que podría alterar el curso de la elección. Sottovoce, el peronismo observa con detenimiento esa sociedad.
Aunque no gane Massa, estar en la mesa de conducción del peronismo sanjuanino siempre será deseable para dirigentes como Andino, Gramajo y muchos más. En el caso de Cristian, su postura sigue siendo no desafiar a Uñac. No lo hizo en 2023, a pesar de haber tenido invitaciones reiteradas para distanciarse. Entendió que el gobernador logró ponerse de pie en las elecciones legislativas, luego del revolcón de julio.
Y si bien el caudal electoral de Uñac ya no es lo que era, le alcanzó para sostener las dos bancas del Senado. No es poco en un contexto de sequía de votos. Con mucho tacto, Andino resolvió seguir ahí, pero tal vez con algo de visibilidad para no perderse en la muchedumbre.
Después en 2027 harán las mediciones de los que sigan en carrera. De ahí saldrán los mejores, los que sean competitivos. Nadie podría proyectar hoy lo que sucederá en cuatro años. Falta una eternidad. Lo que sí pueden hacer y de hecho están haciendo varios es trazar su propio camino en aquella dirección. Andino está dispuesto a acompañar, llegado el caso. Lo que no aceptaría jamás es irse a su casa.
JAQUE MATE