Anticuerpos contra las operaciones
A 72 horas del final del aislamiento, un momento tenso de toma de decisiones. Y varios ingredientes difíciles de identificar.
Empezó la cuenta regresiva. Restan las últimas 72 horas para la salida de la Fase 1, que cerró a San Juan repentinamente tras el brote de Caucete. Horas decisivas para conocer qué parte de aquella nueva normalidad volverá primero y qué parte tendrá que seguir esperando. Es un momento de tensión. Por un lado, estará siempre presente el pulso firme para evitar una escalada de contagios. Por el otro, aparecerá con más fervor el reclamo de volver a trabajar. Encontrar el equilibrio no será sencillo.
En esta tirantez lógica y esperable, aparecerán también oportunidades para intervenir intencionalmente en la opinión pública. Lo blanqueó el presidente de la Federación Económica de San Juan, Dino Minozzi, este martes en Banda Ancha. El dirigente empresario reconoció que en la marcha del pasado viernes, junto a los comerciantes que pedían reabrir se filtraron otras consignas como el rechazo a la reforma judicial y varias más, idénticas al 17A en las escalinatas de la Catedral.
Por supuesto que en democracia se debe aceptar todo tipo de expresiones. Identificarse con la derecha o la izquierda, el macrismo o el kirchnerismo y todas su versiones más moderadas, no debería ser motivo de discriminación. El problema aparece cuando detrás de un mascarón de proa bastante unánime y mayoritario, como el derecho a trabajar, se cuelan otras consignas que pretenden tener un gran nivel de convocatoria, una caravana ruidosa y bien numerosa, escondidas convenientemente en la muchedumbre. El resultado es finalmente un estofado con un poquito de todo, bien sabroso pero donde cuesta separar cada ingrediente.
Frente a la pregunta periodística sobre la oportunidad en que confluye una cosa y la otra, Minozzi extremó la definición. Lo calificó de "oportunismo". Deslizó que él puede compartir aquellas consignas insertas en el el bocinazo cual caballo de Troya. Pero admitió que no se debe confundir a la gente. La prioridad claramente, luego de lo sanitario, es lo económico. Por eso se mostró cercano al gobierno de Sergio Uñac cuando anunció estrictos controles para respetar los protocolos de funcionamiento. Sabe que cualquier desliz se paga caro luego, con el cierre compulsivo como último recurso.
El factor económico requiere una delicadísima cirugía. Qué aflojar primero y qué aflojar después involucra dejar a algunos contentos y a otros disgustados. Por ejemplo, posponer la apertura de los gimnasios porque están incluidos en la actividad deportiva o de esparcimiento, no quita que también formen parte del sector mercantil. Es un servicio cerrado, con cese de ingresos. Aparecerán otros cuentapropistas con su propia historia en paralelo, de los más variados rubros. Los artistas, sin ir más lejos.
Al respecto, el vicegobernador Roberto Gattoni dejó una serie de definiciones políticas concretas este martes en Banda Ancha. La primera de ellas fue que "nadie puede pensar que vamos a volver a como estábamos hace 10 días atrás". Una verdad ingrata, dicha posiblemente por primera vez con ese grado de contundencia. Fantasear con un retorno a la Fase 5 sin escalas, no debe aparecer en el mapa.
También dijo que el esparcimiento y las reuniones sociales quedarán para el último. Marcó un interesante contraste entre el único caso positivo detectado en la Legislatura, que no infectó a nadie más porque se respetaron los protocolos a rajatabla, y las fiestas clandestinas. "¡La gente se termina contagiando en reuniones sociales!", dijo enfático el vicegobernador. Paradójicamente, es más fácil controlar un comercio, una industria o una obra en construcción que la intimidad de un domicilio, donde todo puede pasar.
Frente a esta trenza de tensiones, este martes también se hizo viral un flyer del casino, preanunciando la apertura total el sábado 5 de septiembre, apenas haya finalizado la Fase 1. Como era de esperar, hubo un rechazo generalizado de todos aquellos que ven lejos su permiso. Sintieron e hicieron sentir su indignación por un supuesto trato desigual, con privilegio para algunos y postergación para otros. Pero sucedió que nada de esto era cierto.
Si el flyer salió equivocadamente de la firma Ivisa o si directamente fue una fake news, a esta altura no haría demasiado la diferencia. La versión nunca fue oficial. Nunca contó con la autorización de Gobierno, a través de la Caja de Acción Social. Sin embargo, quedó el residuo todavía en redes sociales infectando los perfiles de miles de sanjuaninos y sanjuaninas de buena fe, pero con poquitos anticuerpos contra las operaciones. Para eso no hay distanciamiento, barbijo ni alcohol en gel que valga.
JAQUE MATE